Cuento bien redactado
Enviado por Octavio030194 • 26 de Septiembre de 2015 • Trabajo • 616 Palabras (3 Páginas) • 1.846 Visitas
Existía, en alguna parte de este mundo una familia rica en la cual todo era extremadamente fácil y sencillo. Roberto y Laura, un matrimonio que ha ido perdiendo con el paso de los años la magia del amor y que desde que se conocieron ambos han tenido el problema de la obesidad, su hija: Karla de 20 años desgraciadamente heredo este mal, ella desde ya hace un tiempo le insiste a su padre que cambie sus hábitos alimenticios por cuestiones de salud, sus nietos bebes: Karina y Santiago igualmente presentan el dilema de la gordura y hasta su mascota: un perro llamado Yako.
Un domingo, asistieron a un estudio fotográfico, todos estaban posando para la foto familiar, todo se hallaba en calma, como si allí se hubiera parado el tiempo.
De repente, Roberto hablo con voz animosa, indago el tiempo que faltaba para acudir a comer ya que tenía demasiada hambre.
- ¿A qué hora nos vamos a comer al restaurante?- dijo con fastidio. Y ante la mirada extrañada de su familia, comenzaron a darle las gracias al fotógrafo.
Ya en camino al restaurante y desplazándose a gran velocidad en su camioneta, Karla le hizo una pregunta a su padre.
- ¿Qué se te antoja comer? - interrogo con regocijo.
- Se me antoja una lasaña - dijo el, - Siempre me ha gustado.
- Papá, recuerda que necesitas elegir comida sana – contesto ella.
Laura, trato de explicarle a su esposo cómo es que en su búsqueda por complacer a sus seres queridos y encontrar la más digna de las vidas, una existencia sin preocupaciones ni dificultades, había construido una gran enfermedad familiar, la obesidad en la que todos ellos se encontraban inmersos.
- Solo queremos tu bienestar, y el de nosotros también, no queremos que te sigas destruyendo con tus malos hábitos alimenticios – dijo ella.
- Eso de los buenos hábitos alimenticios y de manducar sano conmigo no van, yo nací así y así me moriré – contesto él.
Al arribar al restaurante, todos ordenaron comida sana menos Roberto, él no infería que si no se cuidaba podría atraer graves consecuencias en todos los sentidos tanto para él como para su familia.
A Roberto no le preocupaba nada ya que dormía plácidamente y tenían todo lo que podía necesitar.
Al partir del restaurante, Karla tuvo una idea.
-Papá me gustaría ir a visitar a los animales del zoológico – dijo ella.
-Claro que si hija, ahorita vamos para allá – contesto él.
Al arribar al zoológico e ir recorriendo una por una las estancias de los animales, pudieron contemplar lugares preciosos y conocieron animales hermosos que nunca habían visto y en particular lo que pudo divisar el señor Roberto fue en verdad conmovedor, un mono acariciando a una paloma es algo maravilloso ya que nos muestra que la naturaleza y los animalitos también pueden y necesitan darse cariño, amor y protección entre ellos.
-Si así se
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