Cuento desde dos perspectivas distintas Roquefor
Enviado por NATALI GONZALEZ CASTILLO • 9 de Mayo de 2021 • Tarea • 411 Palabras (2 Páginas) • 217 Visitas
ROQUEFOR
Versión original:
Abrazas tu peluche favorito “Roquefor”, una liebre de felpa con un parche en su ojo derecho, lo has visto mucho en tus sueños últimamente, se esconde entre roperos o vasijas y en un parpadeo está delante de ti. Lo tomas de la oreja más desgastada, la que no puede mantenerse de pie después de dejarlo plácidamente en el suelo.
Es hora de dormir, pero Roquefor no se encuentra por ningún lado. Desordenas tu ropero y estas a punto de romper las ultimas vasijas que quedan, tu madre en un ultimo intento te dice que seguro aparecerá en tus sueños, con tus ojos empezando a lagrimear intentas recostarte.
Notas la sombra gigante de un conejo que pasa a transformarse en la de un cangrejo, luego pasa a ser un venado, un lobo, un águila. Confundida, intentas levantarte de la cama pero esta te retiene con gran fuerza evitando que puedas perseguir a la sombra de diferentes animales alejarse. “Roquefor, Roquefor, Roquefor” una voz desconocida llama a tu peluche para ir a cenar, la cama comienza a desfigurarse para recrear la cocina frente a tus ojos, te ves a ti misma cenando aquel delicioso pedazo de tarta de chocolate que tu madre compró, sigues sin poder moverte y aquella niña que parece ser tú, te comparte un pedazo de su tarta con una sonrisa serena.
Segunda perspectiva:
Roquefor, la liebre, fue vista por última vez mientras jugábamos a las escondidas, volví a desordenar el ropero de mamá, y la vasija preferida de Roquefort estaba a punto de romperse al no poder encontrarle. Te gustaría que en un parpadeo apareciese delante tuyo, justo como lo recuerdas la última vez que jugaron juntos, con su típica orejita caída.
Tu ultimo lugar por revisar es tu habitación, inspeccionas tus cajones, y por debajo de ¡Ahí esta! Roquefor estuvo debajo de la cama todo este tiempo. “Roquefor, Roquefor, Roquefor” repites su nombre mientras la liebrecilla yace tranquilamente ya en tu cama, juegas a hacer sombras de distintos animales con la linterna gigante para emergencias; el típico conejo pasa a ser un cangrejo, después un venado, un lobo y al final un águila. Lo abrazas tomándolo de aquella oreja que desde el primer día fue proclamada como la oreja especial para tomar a Roquefor.
Es la hora de la cena y tu querido Roquefor se encuentra enfrente tuyo mirándote comer una rebanada de tarta de chocolate que tu madre compró, no tienes problema en compartirle un poco mientras le sonríes serenamente.
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