Curso De Redacción. Del Pensamiento A La Palabra

Curso de redacción. Del pensamiento a la palabra, pp. 274-279

A pesar de un hombre conozca demasiadas palabras, no quiere decir que será un buen escritor porque de cualquier manera habrá veces que no pueda hayar el vocablo correcto que corresponde a la situación que así lo requiere. Es por eso que se pone de ejemplo al pintor, que puede ser demasiado bueno y no sólo por tener más variedad de colores en su paleta que otros, sino que es un excelente artista porque sabe como utilizar y combinar a la perfección los pigmentos con los que cuenta por pocos que sean.

Por otro lado, García Diego piensa que la palabra está dentro de la frase, pero el vocablo por sí solo nunca será la oración. Además dentro de la frase, la palabra no tiene varias acepciones, sino una y va dependiendo del contexto en el que se encuentre.

Desde otro punto de vista, la palabra implica siempre una transposición, una metáfora. Es por eso que aunque el diccionario sea rico en léxico, esté sólo lleno de palabras muertas ya que necesita de un escritor les de sentido y haga revivir estos vocablos marchitos.

Cabe mencionar que la oración fue antes que la palabra, en el sentido que las primeras palabras eran oraciones, por eso es que el hombre primitivo usaba palabras simples para emitir un juicio o para dar a entender que algo o alguien estaba llevando a cabo una acción.

También hay que decir que no hay palabras bellas ni feas porque de nada sirve y no ayudará a volverse mejor escritor por más que sea empleada una palabra de éste tipo dentro de una prosa. Sin embargo, lo que interesa, lo que creamos debe interesar al lector, que es para quien se escribe a fin de cuentas cuentas, no es la voz más o menos bella por sí misma, sino la propia palabra.

Por último se conoce el poder mágico de las palabras, porque poetas, dramaturgos y oradores saben que la palabra esa veces algo más que un simple vehículo del pensamiento; que es objeto, no medio; protagonista del contexto, creadora de vivencias.

...