“DETRÁS DEL ESFUERZO”

“DETRÁS DEL ESFUERZO”

Había una vez un chiquillo llamado Alejandro, hijo de un contador y una dulce mujer ama de casa, desde su nacimiento residían en una gran ciudad con grandes edificios, una población bastante extensa, muchas oportunidades para conseguir empleo y obtener una excelente educación, en fin era un gran lugar en el cual vivir. Alejandro y sus padres eran los únicos de toda la familia que vivían ahí pues todos los parientes del niño tenían toda una vida allá en el extranjero sin embargo los papas de Alejandro decidieron quedarse en México pues confiaban que la vida les sonreiría.Alejandro era tan solo un pequeño niño de 6 años cuando un día aproximadamente a las 6:45 de la tarde su padre se acercó a él y le dijo al oído.

-Quiero que pongas una alarma para mañana a las 5:00 am y quiero que cuando sea la hora me vayas a despertar- le comentaba el padre a Alejandro. El niño ansioso por saber qué es lo que iba a pasar a esa hora obedeció a su padre y puso una alarma en el reloj a la hora que le indico su padre. Era tanta la emoción de Alejandro que durante toda la noche no cerró en ningún momento sus ojos pues quería saber qué es lo que pasaría.

Finalmente llegó la hora, Alejandro con ansias corrió al cuarto de sus padres y con mucho entusiasmo se acercó a su padre y lo despertó. Su padre le agradeció, tomo sus maletas y se marchó frente a la vista de su hijo. El niño se preguntaba qué era lo que estaba pasando, porque su padre se había ido de la casa, Alejandro se dirigió hacia donde su madre, la despertó y le dijo.

-Papá se ha ido, papá se ha ido- gritaba el niño a todo pulmón, la madre sorprendida corrió hacia la puerta tratando de buscar a su marido sin embargo ya no estaba. La madre de Alejandro se recargo en la puerta, rompió en llanto y lentamente fue cayendo al suelo. El pobre niño presencio todo y se preguntaba qué era lo que estaba sucediendo.

Pasaron varios años, el niño se convirtió en un adolescente pero durante todos los años transcurridos su vida fue de mal en peor. Su madre del dolor que le causo el abandono de su padre constantemente entraba en fuertes depresiones y se mantenía recostada en su cama por largos periodos, y para poder sobrevivir y continuar con sus estudios Alejandro tenía que trabajar de paquetero en un supermercado. Desde pequeño Alejandro siempre fue bueno en la escuela, el soñaba con que algún día el sería una persona de bien y tendría un gran empleo y finalmente así obtendría todo el éxito y el respeto que pudiese darle la vida.

Durante todo el transcurso de la primaria Alejandro era acosado y humillado por sus compañeros pues estos sabían los problemas por los cuales Alejandro estaba pasando. Al pobre niño lo hacían sentir como si no valiese nada, se burlaban de su situación, le decían que nunca en su vida lograría cumplir sus metas entre otras horribles cosas.Fueron seis años de burlas y maltratos, pero Alejandro nunca renuncio a sus más grandes sueños, siempre se esforzó como ningún otro estudiante, sus profesores lo admiraban tanto por su ingenio y dedicación al estudio por lo cual fue acreedor a varias becas estudiantiles.

Cumplió doce años e ingreso a una secundaria muy prestigiosa, pero aun así sus compañeros seguían burlándose de él.  Alejandro solía sentirse impotente por tal acoso, en distintas ocasiones se cuestionó el porqué de las acciones de su padre pero aun así él nunca le guardo rencor por haber abandonado a su madre y a él, Alejandro dudaba de si su padre algún día regresaría. Con el pasar de los años Alejandro se volvió un joven adulto de 26 años graduado de la facultad de Ciencias Químicas con uno de los mejores promedios, llegando ahí sólo con becas que fueron ganadas con el sudor de su frente. Alejandro había logrado cumplir sus sueños y metas, conseguir un gran trabajo, una gentil esposa, dos preciosos hijos a los cuales amaba con todo su corazón y conseguir una buena residencia para su madre que al pasar tantos años había podido librar su mente de aquel hombre gracias a la ayuda de único hijo. Pero aun así Alejandro siempre tuvo una incógnita en su mente que lo carcomía vivo, la cual era, ¿Dónde estaba el hombre al que solía llamar padre?

En un día como cualquier otro Alejandro estaba terminando algunas de sus investigaciones que su jefe le había pedido, en la exitosa empresa en la que trabajaba. Uno de sus compañeros y entro en el laboratorio de improvisto, se acercó a él y le informo que alguien requería de su presencia en la sala de espera de la empresa. Esto pareció extraño para Alejandro a lo que cuestiono a su compañero sobre quién era  la persona que lo buscaba, a lo que le contesto que era un hombre de la tercera edad, con poco cabello y lo que quedaba de un color canoso, con arrugas y manchas en la piel de sus manos y rostro, como cualquier otro anciano. A Alejandro no pareció importarle, dejo de darle vueltas al asunto, tal vez era sólo la visita de su suegro sin previo aviso. Bajo por el elevador y se dirigió hacia la sala de espera de la empresa.

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