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De Olivier Postel-Vinay y Annette Millet


Enviado por   •  3 de Octubre de 2013  •  Tesis  •  2.381 Palabras (10 Páginas)  •  338 Visitas

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EXAMEN DEL PRIMER BLOQUE DE LA ASIGNATURA DE ESPAÑOL III

¿QUÉ TAL, DOLLY? De Olivier Postel-Vinay y Annette Millet.

Hacía mucho tiempo que una noticia científica no había tenido tanto eco. Televisiones, periódicos y revistas de todo el mundo, jefes de Estado y parlamentos, científicos e industriales, ecologistas y especialistas en bioética, filósofos y hombres de Iglesia han producido en sólo algunos días una cacofonía inverosímil y duradera.

¡Y todo por el nacimiento de una oveja! ¡Y un experimento todavía no reproducido! ¿Tan impulsiva es la humanidad? ¿O es que hay que admitir que estas reacciones apasionadas son indicio de que se ha producido un acontecimiento fundamental? ¿Que el nacimiento fabricado de un mamífero sin padre —un clon de su madre— tiene un alcance simbólico colosal? ¿Hay que ver en él un hito decisivo en la historia de nuestra especie? ¿O, quizá, puede ser una fractura decisiva entre el mundo científico y el de los simples ciudadanos? Para ayudar a nuestros lectores a contemplar este panorama con más luz, hemos elaborado las bases de este dossier. He aquí, pues, una síntesis objetiva de los principales elementos que permiten, a nuestro juicio, elaborar una opinión sobre este caso. Tanto a nivel científico como técnico, económico o ético.

1. Cómo se ha fabricado Dolly

La relativa simplicidad de los procedimientos descritos y de los esquemas presentados a la prensa no deben dar lugar a ilusiones. La clonación de Dolly es una operación difícil y compleja, resultado de décadas de investigaciones y de experimentaciones en diversos laboratorios. Ha habido muchos fracasos y, también, el desaliento de muchos equipos. Intereses privados estaban en juego. Además, es posible que no se hayan dado a conocer todos los detalles.

He aquí las principales etapas de la operación. En realidad, la mayor parte son un concentrado de una serie de subetapas, cada una de las cuales implica muchas elecciones, por ejemplo, el momento exacto de cada intervención, la composición de unos determinados medios de cultivo, la sucesión de los gestos del experimentador, los instrumentos utilizados... Tal como destacaban, ya en 1990, los autores de una obra de referencia sobre la biología del desarrollo, en materia de clonación, «los detalles de la técnica experimental pueden influir muchísimo en las respuestas a una determinada cuestión».

Los investigadores escoceses también han obtenido corderos a partir de células de un feto de 26 días

Los investigadores escoceses tomaron, por biopsia, células de glándula mamaria de una oveja blanca Finn Dorset de seis años. El animal estaba en el último trimestre de su gestación, momento en que las células mamarias están más diferenciadas y se multiplican. Las células tomadas se cultivaron in vitro y luego se colocaron durante cinco días en un medio de cultivo muy empobrecido en suero, dieta rigurosa cuyo efecto es provocar poco a poco la suspensión completa del ciclo celular (fase G0, «G cero»). Seguidamente, cada una de estas células, en estado de casi hibernación, se introdujeron en un ovocito no fecundado y enucleado de oveja Scottish Blackface (de cabeza negra).

Los ovocitos se obtuvieron quirúrgicamente por perfusión de los oviductos después de una estimulación ovárica. En el momento de la obtención, su ciclo celular quedó en suspenso. Los ovocitos se encuentran naturalmente en esta fase, llamada metafase II, en el momento de la ovulación. A causa de la meiosis, únicamente contienen un solo juego de cromosomas, que forman, en este momento preciso, una placa casi plana, excéntrica, situada no lejos del glóbulo polar, una pequeña bola que contiene otro juego de cromosomas y que está destinada a ser eyectada. Entonces, los experimentadores aspiraron la placa cromosómica, arrastrando de una sola vez el glóbulo polar y una parte del citoplasma. Los ovocitos así enucleados, que habían conservado la mayor parte de su citoplasma, fueron transferidos a un medio de cultivo a 37 ºC. Se «activaron» con la ayuda de un primer impulso eléctrico; luego, y gracias a una serie de nuevos impulsos eléctricos, cada uno de ellos se fusionó con una célula mamaria de la oveja donante. La aplicación de la corriente eléctrica también tenía por objeto facilitar el desarrollo de la nueva célula acabada de formar (un nuevo embrión).

De esta manera se crearon no menos de 277 embriones a finales de enero de 1996. A continuación, fueron colocados en el oviducto ligado de diversas hembras. Después de seis días, 247 fueron recuperados. Veintinueve se habían desarrollado hasta el estado de mórula o de blastocisto y fueron transferidos al útero de 13 ovejas portadoras. Aparentemente, tan sólo un embrión se desarrolló en feto y, posteriormente, en un cordero viable que nació el 5 de julio de 1996, al final de una gestación de duración casi normal y con un peso también normal. Dolly no muestra ningún signo de anomalía. Falta por ver si más tarde se presenta algún problema y si podrá procrear normalmente.

Siguiendo el mismo protocolo experimentado, lan Wilmut, Keith Campbell y sus colegas del Roslin Institute de Midlothian, cerca de Edimburgo, obtuvieron tres corderos a partir de células de un feto de 26 días y otros cuatro corderos procedentes de células de un embrión de 9 días.

2. ¿Cuál es la novedad?

El principio de la enucleación de un ovocito para servir de incubadora a una célula fue ideado por el embriólogo alemán Hans Spemann en vísperas de la segunda guerra mundial. En 1938, propuso lo que él llamó un «experimento fantástico». Se trataba de introducir el núcleo de una célula de embrión de batracio en un ovocito enucleado con el fin de verificar la hipótesis de que cada una de las células de un embrión joven contiene todas las instrucciones para el desarrollo completo de un individuo. En aquella época, todavía no se tenía conocimiento de la doble hélice del DNA. La idea la aplicaron por primera vez con éxito Robert Briggs y Thomas King en 1952, en Filadelfia. Estos investigadores consiguieron disociar, sin estropearlas, las células (blastómeros) del paquete embrionario (en estado de blastocito), tomar los cromosomas de óvulos no fecundados de ranas sin dañarlos demasiado, activarlos como si hubiesen sido fecundados normalmente, y colocar los blastómeros uno a uno en cada óvulo. Obtuvieron renacuajos capaces de nadar. Siguieron otros muchos experimentos con batracios y se consiguieron animales adultos.

La principal aportación técnica del equipo escocés es haber puesto las células embrionarias en estado de hibernación

En cambio, en los mamíferos la operación fue más delicada. Una técnica de transferencia nuclear, puesta a punto en el ratón en 1983, sólo dio unos resultados

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