Desde ahora, juntos

Desde ahora, juntos.

Jace era un joven de mente prodigiosa, aún que no era del todo sociable. Esa misma semana se había cambiado a un nuevo instituto y no tenía muchos amigos, aún que de por sí nunca los había tenido. Él esperaba ir por su cuenta hasta que acabara el último curso que le quedaba, sin interrupciones en ese último año que le quedaba para ser libre, y poder desprenderse de todo aquello que le obligaba a seguir en aquel pequeño pueblo en el que aún no llevaba ni diez días y ya odiaba tanto. Los primeros días fueron una tortura: presentaciones, gente que hacía como si le interesa lo que aquellos profesores impertinentes contaban sobre su vida, sin ni siquiera pedir la opinión de Jace. Era una tortura para el tener que escuchar los comentarios esnobs de sus compañeras malcriadas que lo habían tenido todo en la vida y de sus compañeros con el cerebro del tamaño de un alfiler comentando con que chica estuvieron en la última fiesta o de cómo les había ido el día anterior en el gimnasio. Los profesores eran más de lo mismo, señores que estaban hartos de los críos que tenían que soportar, los cuales no les importaba lo más mínimo lo que estos les explicaban en las clases. Nadie parecía concordar con lo que Jace consideraba una persona completamente cuerda. Hasta el día que comenzó las clases de filosofía, las que comenzó más tarde ya que el profesor se ausentó las primeras clases del curso. Esperaba que completamente todos sus compañeros se quejaran y ignoraran completamente las clases de este tipo y que completamente nadie aportara nada a esa clase. El profesor hizo una pregunta abierta, de esas que podrían tener mil explicaciones y que hace diferenciar completamente la gente que sabe de lo que habla a la que no, aún que eso Jace ya lo sabía. El profesor dijo en voz alta y clara: "¿Para vosotros que es el amor?" Vaya pregunta, estaba claro que todos iban a responder cosas del tipo de "que me compre cosas" o "si me deja llevarla a la cama es que me quiere". Para la sorpresa de Jace una chica, la cual juraría que nunca había visto es su clase, lo sorprendió, le pareció que finalmente sí que había alguien normal en aquel pueblo de mala muerte, a lo mejor incluso mereciera la pena hablar con ella. Se sentía raro, él nunca había ido a hablar con nadie, incluso cuando las chicas se le acercaban y alababan sus tatuajes él las ignoraba, imaginad ir a hablar con una de ellas. Pero es que en realidad ella no parecía así. Se arriesgaría. Cuanto más la escuchaba hablar más ganas tenía de acercarse. Al acabar la clase ella salió a toda prisa y él fue detrás, la felicito por la explicación de clase y ella se quedó muy sorprendida, le gustaba ese chico, era diferente. A partir de ahí comenzaron a quedar para estudiar y se hicieron compañeros inseparables. Iban a todos lados juntos, se lo contaban todo. Para ellos todo era feliz y estaban muy contentos, hasta el día que todo cambió. La chica, Emilia, salió de su vestuario a última hora para encontrarse con Jace en su coche e ir juntos a su casa a estudiar, pero uno de sus compañeros, hasta las trancas de anabolizantes la llamó para recriminarle que hacía alguien como ella con alguien como Jace. Mientras tanto Jace sospechaba de qué Emilia tardara tanto en salir y cuando entró en dirección a los vestuarios de las chicas se encontró con aquel idiota literalmente encima de ella. Dios, eso era lo que él precisamente quería evitar, pero no pudo, perdió el control, al ver semejante escena. Jace tuvo que irse a ese pueblo por tener ese tipo de problemas al controlar su ira, el cual le causo problemas gravísimos en el pasado. Pero ver a ese tío, así, le sacó de quicio y no lo pudo evitar, así que lo sacudió contra la pared, le pego un puñetazo y lo noqueó. Después de eso, Emilia no sabía qué hacer, nunca lo había visto así. Él lo cogió como un saco y lo llevó hasta el maletero, lo amarro con unas cuerdas que llevaba para amarrar las cosas de la mudanza y nada más subirse al coche, Emilia le pregunto qué iba a hacer. Él estaba muy alterado, pero no podía sacarse aún esa escena de la cabeza, sabía que después de lo que tenía en mente, probablemente no serviría solo con mudarse del pueblo otra vez, tendría que irse mucho más lejos, huir. Pero llegó hasta el río y su compañero, ya consciente mostraba el pánico en sus ojos. A Jace no le apenaba lo más mínimo, localizó una de las ramas más grandes del suelo y con ella en la mano, lo atizó lo más fuerte que pudo, este sangrando cayó en el lago y la corriente se lo llevó. Emilia estaba asustada, no por su compañero, si no por Jace, ¿que pasaría ahora con él? Sabía que lo que les depararía el futuro, no sería ni por asomo fácil, pero aún más que eso sabía que amaba a ese chico y que pasara lo que pasara, ahora estaban juntos en eso.

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