Dinamica
Enviado por alejo1094 • 27 de Agosto de 2014 • Informe • 6.460 Palabras (26 Páginas) • 253 Visitas
Braudel y la Escuela de los Annales
Después de haber visto de qué autores Braudel se sirve a la hora de
construir su aparato de interpretación histórica a través de la geografía
humana, expondremos a continuación las aportaciones teóricas de otros
dos investigadores que marcaron profundamente el pensamiento del autor
del Mediterráneo: Marc Bloch y Lucien Fevbre (Bloch, 1988 y Febvre,
1959).
Estos historiadores habían creado en 1929 una nueva escuela
historiográfica en torno de la revista Annales, publicación que rechazaba
en sus páginas la estéril erudición factual del Historicismo en boga que
veía al hecho histórico como “el objetivo supremo, tal vez el único, para el
historiador” (Fontana, 1985: 111). Fevbre y Bloch −maestros de Braudel a
su regreso de Argelia− habían dado tres principales postulados que más
tarde recogería nuestro autor, exponiéndolos en su Mediterráneo.
El primer postulado de Bloch y Fevbre asegura que la historia es una
ciencia con una teoría y métodos propios, que estudia las diversas
Emiliano Canto Mayén.
Un texto en tres duraciones. Braudel y El Mediterráneo.
Temas Antropológicos, Revista Científica de Investigaciones Regionales, volumen 34, número 2, 2012,
Universidad Autónoma de Yucatán, ISSN 1403-843X, pp. 155-178.158
creaciones de los hombres de todos los tiempos, y que no puede reducirse
solamente a la “historia política del acontecimiento” (Braudel, 1987, vol. II:
335); la segunda afirmación de los fundadores de esta Nueva Historia
insiste que esta ciencia debe estudiar todos los elementos de un espacio y
de un tiempo determinados con tal de descubrir la manera en que estas
condiciones humanas se armonizan y se relacionan; y por último −el
postulado más polémico− hace un llamado a los historiadores
contemporáneos a modernizar los métodos concretos de la ciencia
histórica a través de una colonización de sus vecinas: las demás ciencias;
en palabras de Fevbre, “volver a la Historia la reina de las ciencias
sociales” (Braudel, 1987, vol. II: 794).
Fernand Braudel, que conoció a los fundadores de la Nueva Historia y
que a la muerte de Fevbre heredará el cargo de director de los Annales,
siguió de cerca los trabajos de sus maestros interesándose en la manera
en que tanto Bloch como Fevbre habían subyugado a la sociología, la
geografía (Bloch) y la psicología (Fevbre) en dos estudios de mentalidades
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colectivas , para terminar tomando los primeros dos postulados de Bloch y
de Fevbre al experimentar en su Mediterráneo con un método total que
abarcara todas las creaciones y conductas humanas a través de un
estudio histórico que mezclara la información de variadas disciplinas
científicas.
Ahora bien, en cuanto al último de los postulados de Fevbre y Bloch que
pugnaba por la creación de un Imperio regido por la ciencia histórica, la
cual sería la única encargada de dictar los métodos de las demás
disciplinas humanas, con el derecho de arrebatarle sus innovaciones a las
otras, Braudel se apasiona menos y considera que en el intercambio entre
las ciencias sociales no debe haber disciplinas superiores a las demás;
pues afirma que:
Desearía que las ciencias sociales dejaran provisionalmente de discutir
tanto sobre sus fronteras recíprocas” y que “la sabiduría consistiría en que
todos juntos rebajáramos nuestros tradicionales derechos de aduana. La
circulación de ideas y de técnicas se vería favorecida, y las ideas y técnicas,
al pasar de una a otra de las ciencias del hombre, sin duda se modificarían
pero crearían, esbozarían un lenguaje común (Braudel, 1991: 75).
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He ahí la mayor diferencia entre Braudel y sus maestros Bloch y Fevbre, ya
que pese a que en el prefacio de la primera edición del Mediterráneo sigue
hablando de expandir el Imperio de la Historia, no lo hace con el objetivo de
introducir a la Historia dentro de las demás ciencias con el afán de
imponerles su lenguaje técnico; no, Braudel desea −a través de la Historia
Total− compartir conceptos históricos con disciplinas como la sociología,
antropología, psicología, lingüística, matemáticas, etcétera, y tomar
términos de éstas con el afán de hallar un lenguaje común que permitiera a
todos estos científicos entenderse entre ellos.
Entonces El Mediterráneo se planea y redacta con el afán de permitir
que tanto demógrafos, geógrafos, economistas y antropólogos se
sumerjan en sus páginas, buceen en su estructura buscando las perlas
conceptuales de la Nueva Historia y tomen de ésta los métodos que
consideren más valiosos y útiles en sus respectivas áreas.
Esta nueva postura dentro de la Escuela de los Annales no representa
una ruptura con los postulados originales de Bloch y Fevbre, sino más bien
un enriquecimiento y apertura más amplia de esta corriente a los otros
campos del saber científico que permita a la Historia ser auxiliar de otras
ciencias, así como servirse de éstas a la hora de hacer sus retrospectivas.
El mismo Braudel lo expresó en su última entrevista:
En la época de Bloch y de Fevbre el gran problema era el asimilar a la
historia todas las ciencias humanas que la rodean. Anexarlas a la historia
aun a riesgo de transformarlas en ciencias auxiliares. En Fevbre y Bloch
había un evidente imperialismo, un proyecto de colonización de las ciencias
humanas: economía, geografía, etc. Yo no tenía el mismo punto de vista.
Para mí el problema no es asimilar la historia a las ciencias humanas. Lo
más importante sería crear una especie de interciencia que comprendiera
la historia y todas las otras ciencias. El problema de las vinculaciones, las
mezclas es lo que me apasiona....
La historia no tiene por qué ser dominante. Es solamente una disciplina
de una utilidad extraordinaria que enriquece a las demás. No hay una
ciencia humana que no esté obligada a tener perspectivas históricas...
(Robitaille, 1986:3 y 4).
El Mediterráneo surgido de la sensibilidad de Braudel, está en deuda con
numerosas corrientes que le prestaron sus útiles postulados: Bloch y
Emiliano
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