Diputado Infantil

Buenos días tengan todos ustedes, distinguidas personalidades, compañeros participantes y público en general que hoy nos acompaña; mi nombre es Priscila Guadalupe Bustamante Martínez, vengo representando orgullosamente a mi Escuela Primaria Club de Leones No. 3 de la zona escolar 068 ubicada en el Ejido Mineros de Pilares. Es para mí un gran honor el estar participando en este certamen parlamentario y me presento ante ustedes para disertar sobre el tema: “¿Deben tener responsabilidad legal, por falta de acción, quienes saben que un menor está siendo violentado en sus derechos?”

Dentro de las etapas del desarrollo humano, la infancia debería ser una de las más gratificantes en cada persona, sin embargo esta no es la realidad para millones de niños alrededor del mundo, quienes dejan de lado la inocencia de los primeros años al sufrir violencia a sus derechos, comúnmente conocida como maltrato infantil en cualquiera de sus formas, ya sea por violencia física, emocional, abuso o explotación, trabajo Infantil, negligencia, entre otras.

Todos y cada uno de los derechos de la infancia son inalienables e irrenunciables, por lo que ninguna persona puede vulnerarlos o desconocerlos bajo ninguna circunstancia. Varios documentos consagran los derechos de la infancia a nivel internacional, entre ellos la Declaración de los Derechos del Niño y la Convención sobre los Derechos del Niño. Estos documentos reconocen a los niños como sujetos de derecho, pero convierten a los Estados y a los adultos en titulares de la obligación de respetarlos y hacerlos respetar.

Los niños tienen derecho al juego, a dar a conocer sus opiniones, a la protección durante conflictos armados, a la libertad de conciencia, a la protección contra el descuido o trato negligente, a la protección contra el trabajo infantil, a recibir una buena educación, a la alimentación, al respeto, por mencionar algunos.

En la actualidad, y pese a toda lucha llevada a cabo para fomentar y fortalecer los derechos de los niños, aún acontecen injusticias en su contra y más preocupante aún que quienes atentan contra ellos sean personas conocidas, como cualquiera de los padres, familiares, amigos, profesores y cualquier individuo que represente una figura de autoridad ante la cual el niño no pueda defenderse.

En nuestro país no existe el valor por denunciar un caso y se olvidan que es una responsabilidad moral, lo que me da a entender que la sociedad actual carece de valores y prefiere vivir observando cómo el futuro de México es abatido mucho antes de ser una realidad.

Es urgente que todos los que saben de un caso de violencia contra un infante lo denuncien, no importa que seas ajeno al grupo o a la familia donde se presenta el caso ¡actúa!, necesitamos salvar a la niñez de las garras de la violencia para convertirlos no en el futuro sino en el presente de nuestro país;

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