EL CHINO Y LA MARIA-HUANA

EL CHINO Y LA MARIA-HUANA

Personajes (en orden de aparición).

- La mama.

- El chino.

- Maria-huana.

- El ángel bueno.

- El ángel malo.

- Amiga de Lola.

 (El chino y su papá están en la sala de su casa. La mama, sentada en un sillón, revisa su correo y se da cuenta que llegaron las calificaciones y las empieza a revisar)

Mama: ¡Es el colmo, otra vez un dos en evolutiva, son las peores notas que he visto! ¡Definitivamente, eres el fracaso de nuestra familia! ¿Por qué no te dedicas a estudiar en vez de andar en Facebook todo el día? ¡Apréndele a tu hermana! La próxima vez que me hagas la misma gracia, vamos a tomar medidas realmente duras... Ahora, ándate, no te quiero ver por aquí.

 (La mama se levanta, moviendo la cabeza con resignación y abandona la sala).

El chino (Alejándose lentamente): ¡Nadie me entiende! A mí no me dan ganas de estudiar... ¡Y evolutiva es un ramo tan difícil!... ¡Apuesto que a mi mama no le iba tan bien en la escuela y conmigo se viene a hacer la lista!

(La Marihuana aparece desde un rincón. Lleva un traje verde y en la parte delantera del cuerpo está adornada con ramitas o una estructura de cartón que simula una hoja compuesta).

Maria-huana: ¡Pssst! ¡Oye, oye, chino! ¡Pssst! ¡Aquí, ven!

Chino: ¿Ah? (se da vuelta y la mira confundido).

Maria-huana: ¡Hola! Veo que andas triste y solito. ¿Quieres salir a pasear un rato conmigo?

El chino: ¿Salir contigo? ¿A dónde? No me dan permiso para salir. Además... yo ni te conozco.

Maria-huana: ¡Pero qué problema es ése! Me presento al tiro. Me llamo María Huana, pero mis amigos me dicen Marihuana, así no más. Todos dicen que soy bien a todo dar y aparte jamás dejo de ser la mejor amiga. ¿Y tú, cómo te llamas?

El chino: me llamo chino y me dicen omar...

Maria-huana: ¡Arreglado el asunto! Como ya nos conocemos y somos amigos, ahora ¡a pasear, se ha dicho!

(Aparece corriendo el ángel bueno y se dirige al chino, moviendo las manos con desesperación).

Ángel bueno: ¡No, no seas tonto! He oído que esta señorita no es muy buena... No vayas a salir con ella...

(Aparece el ángel malo por el lado contrario al de salida del ángel bueno, caminando lentamente y con los brazos cruzados. Su caminar es desafiante y segura).

Ángel malo: ¡Y de dónde salió este intruso! Anda chino. ¿Qué tiene de malo encontrar amigos simpáticos y buena onda? A ver, ¿qué tiene, ah?

Ángel bueno: ¿Y quién dijo que saberle el nombre a alguien lo hace tu amigo? (Dirigiéndose al chino) ¡A tu mama no le va a gustar esto!

Ángel malo: (Remedando burlonamente al ángel bueno) “¡Ay, a tu mama no le gusta!” ¡Qué miedo! ¡Uy, mira como tiemblo! (Mirando al chino) ¡Qué te preocupas de esa viejilla antipático! Si se enoja, ¡qué más da! ¡Miren qué bonito todo! Ahora resulta que uno no se puede sacar malas notas, ni tener amigos... (Moviéndose ridículamente y hablando en tono burlón) “chino, por favor, no respires que a tu mama no le gusta”...

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