EL FANTASMA Wolfgang Ecke
Enviado por yulivane • 3 de Octubre de 2015 • Tarea • 835 Palabras (4 Páginas) • 173 Visitas
SEMILLERO
PRESENTADO POR:
YULI VANESSA RIVERA ECHAVARRIA
PRESENTADO A:
ANGELICA CASTELLANO LOPEZ
UNIVIRSIDAD DEL QUINDIO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y ADMINISTRATIVAS
PROGRAMA DE ADMINISTRACION DE NEGOCIOS
VII SEMESTRE
EL FANTASMA
Wolfgang Ecke
En el hotel Alpenhof, la noche del domingo al lunes, hubo una considerable agitación. Hacia las dos de la madrugada, unos ruidos extraños despertaron a la Baronesa Von Mannsberg. Se levantó para ver de qué se trataba y pudo vislumbrar una forma humana, vestido con un largo camisón blanco.
El fantasma estaba a punto de abandonar la habitación de la Baronesa a través de la ventana. Tras un instante de terror paralizante, la noble dama se acordó de sus cuerdas vocales y empezó a hacer tan generoso uso de las mismas que a las dos y ocho minutos no había ya en el Alpenhof ni una sola persona que estuviera durmiendo.
A las dos y quince minutos la Baronesa se daba cuenta de que el fantasma no sólo se había llevado su dinero, sino también todas sus joyas.
A eso de las tres se presentó en el hotel el habilidoso comisario Belling y abrió la investigación del caso.
Al sonar las cuatro de la madrugada, los hechos habían quedado establecidos sobre las siguientes bases:
a. El ladrón utilizó la ventana como puerta de entrada.
b. Sólo tres de los huéspedes podían ser considerados como sospechosos, y ello se debía a la arquitectura del edificio.
El comisario Belling y su ayudante Dormann hicieron tres visitas sucesivas a los sospechosos. Mientras Belling interrogaba, Dormann permanecía de pie en un rincón tomando taquigráficamente nota de cuanto se decía. Este método lo venían practicando ambos funcionarios con rotundo éxito desde hacía años. Lo que más irritación produjo en los interrogados fueron las cuestiones de detalle. Al cabo de una hora todo había concluido.
Belling y Dormann se instalaron en la sala de la dirección. -¡Bueno, vamos a empezar! – dijo el comisario al ayudante. Dormann abrió su cuaderno y comenzó.
Empezaré por Wickler, el jugador de golf. Afirmó haber oído gritos de la Baronesa. No les concedió importancia, porque, según dice, tenía sus propios problemas. Conoce a la Baronesa, no se asomó a la ventana. Dice no estar libre de vértigos. Duda que los datos de la Baronesa sean correctos. La noche anterior tomó un baño tarde. Fuma y es bebedor de whisky.
Dormann pasó la hoja y anunció: ahora viene el señor Bock Wesel. El comisario hizo un gesto afirmativo con la cabeza: ¡El de las píldoras para dormir! Dormann prosiguió: -Bock abrió la puerta vestido con un pijama a rayas rojas. A la primera pregunta que le hizo usted, respecto a si había percibido algún ruido sospechoso durante la noche, contestó textualmente: “a eso de las veintitrés horas tomé un somnífero y enseguida me dormí. No oí llamar a nadie. Pueden registrar mi habitación si lo desean, no tengo ningún inconveniente.
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