EL VIEJECITO
Enviado por JuanIgnacio • 18 de Octubre de 2015 • Ensayo • 626 Palabras (3 Páginas) • 146 Visitas
EL VIEJECITO
Cubierto de andrajos, aquél hombre viejo, apenas si puede mover en silencio.
Sus ojos de anciano, tienen poco brillo, más no cede nunca, en seguir en su empeño.
Antes fue muy rico Construía casas. De esas que a los hijos Él se las cedió.
Ahora ya no puede, está ya cansado
Vende sus semillas, espera los chiquillos, son quienes le compran, eso sabe bien.
Es una canasta la que tiene abajo. Él ahí parado, esperando el cliente…
Y llegan a verlo, compran cacahuates, piden las pepitas, se llevan un muégano…
Al final del día, sabe cómo fue, aquello vender, estando en la calle.
La banqueta es su asiento, la silla la deja, para ahí colocar, esa su canasta.
Es cuando angustiado Para sí solito… Mirando muy triste La cesta vacía,
Sabe apenas tiene Algo qué vender… Mas no desanima, pues debe seguir
¡Hoy no es estuvo bueno, poco se vendió…! Con paso cansado recoge ya todo
Debe ir al paso, donde está su morada. Ahora es tarde, teme retornar,
Por deber pasar, donde vive el hijo. Ahí nadie invita. Aunque ese fuera,
Más antes su hogar…
Donde estuvo ella, la esposa del alma… ¡Pero ya se fue…!
Ahora vive sólo, con su alma angustiada
Y tantos recuerdos, que dejara su amada.
Ya no tiene nada. Todo repartió
Los hijos se fueron
Llevando consigo
Cuanto les servía,
Aunque a él le dejaron
Con nada de cosas.
Un jergón con trapos, eso sí, una mesa, aunque tenga toda la pata amarrada.
También una silla, es donde se sienta, es la que le sirve para ahí poner
Lo poco que vende y debe resurtir. Hay una cubeta, en ella se lava.
No lo hace ya mucho… Al fin, ¿Para qué…? ¿Pa´ comer tortillas, que serán su cena?
¿Y el chile picoso que dio una mujer…? Se sabe muy solo, él siente el recuerdo.
Es lo que sostiene y le hace seguir, vendiendo semillas, en la calle real.
De pronto escucha. ¡Ha llegado un coche!
Asoma un poco y lo puede ver…
Alegra feliz se pone contento
¡Un Mercedes Benz…!
Parece que el viejo, tan solo de oírlo Recibe un calambre y siente en sus venas
Fluir bien bien la sangre, rejuvenecer Sale ahí corriendo, eso está por verse,
pues apenas puede, las piernas mover. Ha llegado un hijo, es uno de siete
Que ya nunca vienen…
Que de él avergüenzan…
Que están ocupados…
Viviendo en las casas Que él construyó…
Ha venido uno, después de dos años Igual que los otros, es un triunfador.
Viene bien bien trajeado, Su saco y corbata, son de lo mejor.
El viejo lo sabe, ese hijo al menos vino a visitar, aunque sea de paso
Por ello no pasa adentro, saluda apenas Se limpia la mano. Entrega
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