El Alma De La Toga
Enviado por Esmaldonado • 18 de Agosto de 2014 • 1.030 Palabras (5 Páginas) • 235 Visitas
ANÁLISIS DE LIBRO "EL ALMA DE LA TOGA"
1. Introducción
2. Quien es abogado
3. La fuerza interior
4. La sensación de la justicia
5. La moral del abogado
6. La sensibilidad
7. El desdoblamiento psíquico
8. La independencia
9. El trabajo
10. La palabra
11. Elogio de la cordialidad
12. Conceptos arcaicos
13. El arte y la abogacía
14. La clase
15. Cómo se hace un despacho
16. Especialistas
17. La hipérbole
18. Libertad de defensa
19. El amianto
20. Los pasantes
21. La defensa de los pobres
22. La toga
23. La mujer en el bufete
24. Hacia una justicia patriarcal
25. Decálogo del abogado
26. Conclusiones
INTRODUCCIÓN
Ángel Osorio al hacer éste libro nos quiso hablar un poco de lo que está pasando con todos los abogados, de la inconciencia que existe, del amor que le han perdido a la abogacía, un tanto para que hagamos conciencia y corrijamos todos esos errores que manchan la reputación del abogado y de la carrera de Derecho.
Que nos dediquemos a ser realmente abogados y no caigamos en lo que algunos abogados han caído, en la corrupción en la falta de ética profesional y más.
QUIEN ES ABOGADO
Ossorio considera que la abogacía no es una consagración académica, sino una concreción profesional. Y dice que nuestro título universitario no es de "abogado", sino de "licenciado en derecho". Y que para poder ejercer la profesión de “abogado". Debe dedicar su vida a dar consejos jurídicos y pedir justicia en los tribunales. Y quien no haga esto será todo lo licenciado que quiera pero abogado no.
En su conclusión, el abogado es, el que ejerce permanentemente la Abogacía. Los demás serán solamente licenciados en derecho, pero nada más.
LA FUERZA INTERIOR
Su afirmación es que: en el hombre cualquiera que sea su oficio, debe creer principalmente en sí. La fuerza que en sí mismo no halle no la encontrará en ninguna otra parte.
Da una recomendación para las agresiones y críticas de la gente: fiar en sí. Vivir la propia vida. Seguir los dictados que uno mismo se imponga y desatender lo demás.
En nuestro Ser, hallase la fuerza de las convenciones, la definición de la justicia, el aliento para sostenerla, el noble estímulo para anteponerla al interés propio.
Además menciona que el abogado tiene que comprobar a cada minuto si se encuentra asistido de aquella fuerza interior que ha de hacerle superior al medio ambiente; y en cuanto le asalten dudas en éste punto debe cambiar de oficio.
LA SENSACION DE LA JUSTICIA
Ser abogado no es saber el Derecho, sino conocer la vida. El derecho positivo está en los libros, pero lo que la vida reclama no está escrito en ninguna parte. Quien tenga previsión, serenidad, amplitud de miras y de sentimientos para advertirlo, será Abogado; quien no tenga más inspiración ni más guía que las leyes, será un desventurado mandadero.
La justicia no es fruto del estudio, sino de una sensación.
Ángel cita al ilustre novelista
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