“El Caballero de la Armadura Oxidada” . La verdad tras la armadura

El Caballero De La Armadura Oxidada

Sharon Yepes Buitrago

Administración de Empresas, Universidad de Investigación y Desarrollo

Mg. Javier Rojas Rodríguez

Marzo 23, 2022

La verdad tras la armadura.

El “El Caballero de la Armadura Oxidada”, es una historia escrita por Roberth Fisher, que aparenta ser una historia común y corriente de cruzadas y aventuras pero con un transfondo mucho más profundo del que se cree siendo así una historia de autocrítica progresiva, llena de sentimientos por parte del protagonista, un obra de caracterer psicológico que nos hará pensar un rato, con diferentes analogías que de cierta forma parece ser una plática con psicólogo hecha un cuento.

Esta historia empieza con un hombre, un caballero, un hombre honrado, adicto a la adrenalina a las aventuras a vivir al límite, considerado por si mismo con un caballero bueno, generoso, y amoroso, que se vivía de batallas en contra de viles rufianes, asesinaba dragones y hacía todo por salvar posible por rescatar damiselas, tanto así que a veces rescataba personas que no necesitaban de su ayuda, nuestro Caballero, tenía una familia, Julieta, mujer dedicada a la escritura, a la poesía, fiel, apasionada, comprensiva, muy inteligente y con debilidad hacia el vino, y su joven hijo, Cristobal de cabellos dorados quien deseaba ver algún día como un gran caballero, tanto Julieta como Cristobal, veían muy poco al Caballero ya que le apasionaba tanto la aventura que poco tiempo le quedaba para su familia.

El Caballero, tenía una clara obsesión por la aventura, y a la sola mención de encrucijada o de una aventura, el caballero no dudaba en vestir su brillante armadura que tanto le gustaba, tomar su espada y su caballo y partir hacia otra aventura. Eventualmente el caballero iría adquiriendo más cariño hacia su estilo de vida caballeresco, tanto así que día a día se esforzaría en ser el mejor caballero del reino, y ser el mejor no era muy fácil. Cuando el caballero no estaba en una encrucijada estaba en algún torneo, y casi siempre estaba revestido con su pulcra y brillante armadura que tanto orgullo le hacía sentir, tanto que él se enamoraría de su vestimenta, impidiéndole a él quitarse de encima su armadura, hasta cuando estaba en casa la usaba, ni siquiera para dormir se la quitaba, siempre con el deseo de ser el mejor caballero y estar listo para partir con furor a la aventura.

Un día, Julieta harta de que su marido ya no pasase tanto tiempo con su propia familia y con tristeza de ni siquiera poder ver el rostro de su marido, descarga toda su furia y tristeza, y le dice al caballero, “Si no te quitas la armadura, tomaré a Cristobal, montaré el caballo y nos iremos de tu vida”, esto sí que afectó al caballero, la idea de estar sin su amada y a su pequeño hijo sin duda no le hacía feliz, decidido caballero aceptó quitarse su armadura, y con ello lo intentó y lo intentó pero no pudo quitársela, desesperado fue al herrero, para que le ayudase a quitarse su armadura.

El herrero, tal vez el hombre más fuerte del reino, quien estaba furioso por haber sido pisado por el caballero le golpeó, y el caballero sin entender nada, solo le repitió con desespero que siguiera, pero no se movía ni un centímetro su armadura, luego de un rato, el caballero le explicó al herrero la situación, y el herrero le dijo que ese día estaba muy ocupado, tal vez el día siguiente le podría ayudar con más tiempo, al día siguiente el caballero volvió con el herrero, pero intentaron e intentaron y no pudieron hacer nada por el caballero. El caballero, sintiéndose atrapado pero no vencido, decide ir en busca de sabiduría con el rey, al llegar no encontró al rey, pero se encontró con el bufón, Bolsealgre, quien le dijo que solo el gran mago Merlín, habitante de los grandes bosques del reino, podría sacarle de su armadura.

Decidido, el caballero partió en su caballo a buscar a Merlín, buscó y buscó, buscó por mucho tiempo, pasaron tal vez meses hasta poder dar con él, y un día cuando estaba dándose por vencido en su agonía, entonces ahí lo vio, una figura humanada y el caballero con todas sus fuerzas luchando en contra del cansancio logró acercarse a Merlín, pero al estar tan agotado se desploma frente a Merlín.

El Mago al enterarse del gran esfuerzo que supuso para el caballero encontrarle, sin duda decir ayudarlo, el mago, con ayuda de un sorbete, le da al caballero una amarga bebida, a la que el mago llama “Vida”, pronto el caballero se recuperaría y con ayuda de los animales él lograría comer, y así compartieron días juntos, con largas pláticas reflexivas que un día le harían entender al caballero lo mucho que quería a su familia, así terminaría el caballero llorando por primera vez y quedándose dormido, y a la mañana siguiente él despertaría sin una parte del escudo de su armadura, lo cual le hizo muy feliz, y a su vez despertaría la habilidad de hablar con los animales, haciéndose amigo de Ardilla, la ardilla, y Rebecca, la paloma.

Un día, Merlín le encomienda al caballero una nueva misión con la que seguro se desharía de toda su armadura, Merlín le diría al caballero que siguiese el camino de la verdad, un camino en el cuál el caballero se enfrentaría a lugares estrechos, oscuros y diversos que le harían capaz de perder su yugo. El caballero, emocionado emprende su viaje junto a Ardilla y Rebecca sin su espada y sin su caballo ya que era un recorrido un tanto estrecho, que un caballo no podría atravesar, y solo sus dos amigos le podrían ayudar.

En su primera parada, “El castillo del silencio”, se hace énfasis en que es un lugar para una sola persona y solo uno puede pasar, y quién debía pasar, era el caballero.

El castillo del silencio, hace referencia al miedo humano de estar solo el miedo del silencio penetrante, al miedo que nos hace caer en el desespero de nuestras acciones, el cual nos hace reflexionar respecto a que hemos hecho, y haciéndonos entender que cuando estamos solos en nuestros problemas añoramos el sonido de una cálida voz familiar y damos todo por el deseo de pasar un rato más, sin complicaciones, sin molestias, solo un rato ameno que nos llene de calma y paz, tanto como deseaba el Caballero tal vez llamado Sam, porque hay veces que en el propio desespero escuchamos nuestra voz diciéndonos a nosotros que hemos hecho, la misma voz reflexiva que nos hace cambiar de mentalidad, tal culpable de un delito reflexionando en si realmente valió la pena llevar su cometido por la futura pena que hay por delante, o si tal vez sus acciones solo deben quedar en el pasado como un error más y algo que olvidar, de hecho se nos muestra que el yo interno es algo común en todos los humanos, tanto que desde las personas cuya inexistencia pasa desapercibida hasta personas que su existir es vital, tal como un rey. De hecho el Rey, a pesar de ser un rey, de tenerlo todo, de ser posiblemente la persona más importante del reino, no se excluyó de sus propios problemas, cayó en cuenta que él estaba mal, y decidió emprender su viaje en el sendero de la verdad, en búsqueda de esclarecer su mente por su búsqueda de la comprensión de la verdad, dejando en claro su determinación con su cargo, a fin de cuentas si eres un rey soberano y tu deber es darlo todo por tu pueblo, no puedes ayudar a nadie si no puedes ayudarte a ti mismo.

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