El Esclavo

El presente en sayo tiene la finalidad de como un libro con excelentes enseñanzas puede cambiar nuestra manera de pensar, primeramente nos habla del perdón, , con lo que nos describe, no significa aceptar ni justificar, si no comprender la razón, creo que ninguna personas tiene la intención pura de herir, siempre hay una marca, un pasado que inclina a herir, aunque debo decir que afortunadamente no siempre es así, personas con marcas del pasado son aprendices de lo maravilloso que es vivir.

Muchas veces culpamos a los demás o incluso a los sucesos que nos pasan para justificar algo que no podemos hacer, cosas que tememos, y que por ese miedo no hacemos, no nos liberamos de lo que no nos gusta o a lo que estamos acostumbrados que es a sufrir y lamentarse, a preguntarse el ¿por qué me pasa a mí?, la felicidad no se encuentra en tener todas las cosas materiales, en tener el mejor sueldo, el mejor trabajo, el mejor status social, la felicidad pienso yo que se encuentra en el momento en el que se decide ver el mundo de diferente manera, de forma positiva y amable, y como nos muestra Francisco, la felicidad la tenemos al pensar el que tenemos nuestras manos, nuestros pies, boca, labios, tenemos nuestros sentidos, podemos caminar y dirigirnos a donde queramos, e incluso, si nos falta algún sentido, alguna parte de nuestro cuerpo, desarrollamos más otro sentido, desarrollamos otra forma de pensar, se moldea una personalidad, todo cambia a una forma positiva en un cierto punto, porque es necesario.

Somos libres, hemos escuchado muchas veces esa frase o similares, pero en realidad muchas personas no lo son, como nos cuenta el autor del libro, estamos encadenados a nuestro pasado, no nos deja ver el presente ni mucho menos el futuro, el ver a donde nos dirigimos, ¿por qué nos aferramos tanto a lo que nos hace sufrir?.

Todos somos importantes, todos tenemos un papel en la vida, incluso pienso que somos importantes desde el momento en el que nuestros padres planearon darnos vida, en el momento en que existió una fecundación, la división de células, desde que nacimos. Comparto además la idea de Francisco, somos la naturaleza misma, somos parte del ciclo de la vida, somos vida, somos heno, somos agua, somos el mundo mismo.

Pero entonces, ¿cómo puedes temer?, ¿cómo es que le temes a una persona que es igual a ti?, y ¿cómo le puedes temer a lo que algún día morirá y será lo que respiremos?

Me gusta mucho el mensaje que me deja el libro, desatarnos de las cadenas que nosotros mismo creamos con nuestros constantes pensamientos y justificaciones, somos como el títere que describe de forma literal el autor del libro, podemos en cualquier momento cortar los hilos y movernos por nosotros mismos.

Por otra parte, lamentablemente leemos constantemente esta clase de mensajes, los conocemos, incluso los entendemos, pero no siempre los comprendemos, decimos pero muchas veces no hacemos cosa

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