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El Hombre En Busca De Sentido


Enviado por   •  21 de Mayo de 2014  •  2.025 Palabras (9 Páginas)  •  196 Visitas

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INTRODUCCION

En este libro se cuentan las experiencias personales que ha vivido un psicólogo, el mismo nos cuenta la historia de un campo de concentración ya que él, ha sido unos de los pocos supervivientes y ha llegado a ver que una vez dentro del campo de concentración se realizaba una selección:

Los enfermos, agotados e incapaces de trabajar, los llevaban directamente a la cámara de gas y los capaces de trabajar los dejaban para realizar trabajos muy duros.

Primera fase:

UN PSICÓLOGO EN UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN

Internamiento en el campo: Todos los prisioneros del campo fueron transportados al primer campo en tren. Cuando los prisioneros se encontraban en el tren sentían una cierta esperanza de que pudieran volver a sus casas.

Al llegar al campo dividieron a los hombres y mujeres, y a los que iban a llevar a la cámara de gas y a los que iban dejar con vida, después de esta selección, les lavaron y les quitaron todo lo que poseían. Tenían que dormir en literas, no se lavaban con mucha frecuencias, ni se cambiaban de ropa en meses. Para ellos era una situación muy angustiosa.

Tras 4 días en una barraca en la que solo cabían 200 personas, los 1100 prisioneros sufrieron la 1ª selección: los que físicamente parecían enfermos o débiles eran llevados a la cámara de gas o a los crematorios, al resto los utilizaban para trabajar. Los mejores de ellos no regresaron (solo se salvaron los que utilizaron métodos poco éticos para sobrevivir)

A los prisioneros al llevarles al campo de concentración los dejan sin pertenencias (cosas materiales necesarias para vivir) y los alejan de su familia, su trabajo, sus hobbies... (cosas que necesitaban psicológicamente. A esto se le llama “existencia desnuda”, cuando no poseen nada (ni siquiera material)

También perdieron todas las ilusiones y se sintieron embargados de humor macabro y curiosidad.

“Lanzarse contra la alambrada” era la manera más fácil de suicidarse en el campo, pero el autor decidió no hacerlo porque tenia esperanza por sobrevivir

Segunda Fase:

LA VIDA EN EL CAMPO

Los prisioneros pasaban una fase de apatía (muerte emocional) al pasar de la 1ª a la 2ª fase. Sentían añoranza de su familia y su casa, después una aguda nostalgia, y finalmente repugnancia por la fealdad que le rodeaba.

En la 1ª fase el nuevo prisionero apartaba la mirada de los maltratos a los otros prisioneros; en la 2ª ya se había acostumbrado y no la apartaba (sentimientos embotados)

Todos los prisioneros eran maltratados e insultados por los guardias y los “capos”, pero muchas veces estos insultos les hacían mucho más daño (mentalmente) que los maltratos físicos.

Los prisioneros estaban desnutridos, y entre ellos hablaban de sus comidas favoritas para darse ánimos, pero estas charlas no eran muy buenas para ellos porque aunque les parecía un alivio psicológico, eran ilusiones.

Por esta causa de desnutrición (y por otras muchas) los prisioneros no sentían deseos sexuales, incluso en sus sueños aparecían muy pocas veces.

Los prisioneros se habían quedado sin sentimientos a causa de la vida que tenían. Sufrían “hibernación cultural” y solo hablaban de la política y de la religión.

Cuando todo se ha perdido, en lo que todos los prisioneros pensaban era en la mujer amada que habían dejado lejos. Su salvación estaba en el amor, en los momentos más duros recordaban a su amada y se sentían menos desolados; la recordaban y sentían que tenían que luchar por ella. El amor era por lo que luchaban los prisioneros, y no se rendían.

Como en el campo de concentración era todo tan horrible y tan poco bello que los prisioneros estaban obsesionados con buscar el arte por todos sitios, y lo encontraban donde antes de llegar al campo no lo habían visto: ahora un atardecer les parecía lo más hermoso que habían visto nunca.

Tampoco perdían el sentido del humor y esto les era muy útil para sobrevivir. Para divertirse de vez en cuanto montaban espectáculos donde todos actuaban y donde era muy importante aplaudir a los capos más poderosos.

La suerte para los prisioneros en el campo de concentración era esas cosas horribles que tenían que hacer otros prisioneros y que ellos veían.

También cuando se estaba enfermo era tener suerte, porque no tenía que trabajar, y cuando a Víctor Frankl lo trasladaron al campo de infecciosos, su suerte aumentó.

Los prisioneros necesitaban momentos de soledad para pensar y estar solos durante un rato.

Tan dura era la vida en el campo, Víctor Frankl y otro compañero intentaron fugarse, pero la última de las veces que lo intentaron no se escaparon porque la guerra llegó al campo.

A pesar de estar “secuestrados”, los prisioneros poseían lo más importante de todo: la libertad interior, que es la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino. Los prisioneros podían decidir cómo actuar, y eso no se podía robar nadie.

La vida en el campo era una existencia provisional porque no sabían cuál iba a ser el final ni cuanto iba a durar aquello. La relación entre la mente y el cuerpo estaba muy visible, porque según como estaban de moral, físicamente estaban mejores o peor.

Dentro del campo si los prisioneros debían encontrar un sentido a su vida por lo que seguir luchando y sobrevivir (su mujer, su hijo, un trabajo muy importante...) Si no le encuentran sentido, no tienen porque luchar y dejarán de vivir.

Ya estaban acostumbrados al sufrimiento, y habían comprendido que con el sufrimiento lograban oportunidades.

Había diferentes tipos de guardias en el campo: los sádicos que maltrataban a los prisioneros y disfrutaban con ello; los que tenían los sentimientos embotados, que no practicaban actos sádicos, pero no los prohibían hacer a otros guardias; y la minoría que sentían lastima por los prisioneros y le ayudaban.

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