El Niño Pijama a Rayas (Resumen)

El Niño Pijama a Rayas

(Resumen)

Cap. 1: El descubrimiento de Bruno

Bruno era un niño de nueve años de edad, que vivía en Berlín con su Padre, Madre y su hermana, la tonta de remate, Gretel. Vive feliz en Berlín en una casa de cinco plantas con una gran escalera por cuya baranda le encanta deslizarse, en su casa trabajan María, chica del servicio, Lars el mayordomo, y el cocinero. Una tarde, al volver de la escuela, se llevó una gran sorpresa; María, la criada de la familia, se encontraba en el cuarto del joven sacando sus cosas del armario y metiéndolas en cuatro grandes cajas de madera. Entonces le pregunta a su madre que es lo que pasa y se entera que se mudará de Berlín por el trabajo de su padre, lo habían subido de puesto y tenían que mudarse con él, a Bruno no le agradaba la idea, porque dejaría a sus amigos, abuelos y extrañaría todo de Berlín.

Cap. 2: La Casa Nueva

Al llegar a la casa nueva, Bruno se queda asombrado y se pregunta el por qué sus padres decidieron vivir allí, pues está era todo lo contrario a su antigua casa, se encontraba en un lugar llamado Auschwitz y era pequeña a diferencia de su hogar en Berlín, solo tenía dos plantas, un sótano y  estaba aislada en un sitio vacío y desolado, no había ninguna otra casa cerca, ni tampoco ningún niño con quién jugar. En un instante, al desempacar sus pertenencias con María, ve aparecer a una figura. Era un hombre mucho más joven y más bajo que su padre y vestía el mismo tipo de uniforme. Este, no le cayó bien a Bruno ya que le parecía demasiado serio.

Cap. 3: La Tonta de Remate

Gretel era tres años mayor que Bruno y tenía unas costumbres muy desagradables, Para empezar, se entretenía demasiado en el baño por las mañanas, sin importarle que Bruno estuviera esperando fuera dando saltos y aguantando las ganas de orinar. Tenía una gran colección de muñecas en los estantes de su habitación; además, tenía unas amigas muy antipáticas, las cuales molestaban a su hermano cuando no estaban cerca de su madre ni María. 

Luego de ordenar sus pertenencia Bruno se asoma a la habitación de su hermana y le comenta que desde su cuarto había visto por la ventana una granja o algo así, ella asombrada al oír esto se asoma y siente lo mismo que su hermano la primera vez que la vio, un frío y un miedo muy fuerte dentro de ellos.

Cap. 4: Lo que Vieron por la Ventana

Debajo de ellos había un jardín con flores en arriates, un banco mirando a la casa, y a unos 16 metros una alambrada de espino que se perdía a lo lejos a derecha e izquierda, detrás de la alambrada habían unas cabañas, varios edificios cuadrados, además de un par de columnas de humo que se veían a lo lejos.

Había niños y mayores, las mujeres no estaban allí, parecía que vivían en otra zona. Los hermanos se preguntaban quien serían esas personas que formaban cadenas que llevaban un pijama gris de rayas, una gorra y obedecían a soldados.

Cap. 5: Prohibido Entrar Bajo Ningún Concepto y Sin Excepciones

Bruno bajó a hablar con su padre. Entró al despacho cuidadosamente, pues le tenían prohibido entrar en el. Hablo con su padre sobre sus impresiones del nuevo hogar, le dijo que quería volver a Berlín, pero su padre se negó, pidiéndole que entendiera la importancia de su trabajo, algo que Bruno aun no tenía claro. Bruno decide preguntarle acerca de las personas del otro lado y el padre le contesto que no eran personas y que no tenía nada que ver con él.

Cap.6: La Criada con sueldo excesivo

Mientras María estaba ordenándole la ropa a Bruno, él le dijo que su padre era un estúpido por llevarle allí. Ella le dijo que no debía decir eso de él, que era buena persona y que a ella le había hecho muchos favores, ya que ayudo a su madre cuando enfermo, se hizo cargo de los gastos del funeral y le dio trabajo a ella. 

El chico se enfadó porque nunca podía decir lo que sentía. Bruno y María tenían una relación muy buena, por lo cual existía una gran confianza entre ambos.

Cap.7: El día que la madre se atribuyó el mérito de algo que no había hecho

Después de una semana de llegar a su nueva casa, Bruno de tan aburrido que estaba decidió hacerse un columpio, pide a Kurt Kloter, joven teniente al servicio de su padre, que le busque un neumático viejo para hacer un columpio, entonces el teniente le dice a Pavel el cocinero que pelaba papas y zanahorias que le dé un neumático del depósito de atrás. Mientras Bruno se columpiaba se cayó al suelo y se pegó en la rodilla, Pavel el cocinero, lo llevo a la cocina y le curó la herida de su rodilla. Mientras éste le curaba su herida, Bruno le da curiosidad de saber un poco sobre su historia, a lo que Pavel le cuenta que era médico.

Bruno al subir a su habitación escuchó a su madre que llegó y le preguntó a Pavel que paso y al enterarse le dijo que si preguntaban dijera que ella lo curó, lo que hizo enojar a Bruno.

Cap.8: Por qué la abuela se marchó furiosa.  

A quien más añoraba Bruno de Berlín era a sus abuelos, especialmente a su abuela. Su abuelo era Mathias de 73 años que regentaba un restaurante aunque ya no trabajaba y su abuela era Nathalie de 62 años de pelo largo, pelirrojo y con ojos verdes, que había sido cantante. Bruno recuerda que su abuela en todas las fiestas familiares se las ingeniaba para acabar cantando y organizaba teatrillos donde ellas escribía los textos y él y Gretel se disfrazaban con ropas hechas por ella. 

No la veía desde la última cena de navidad. Aquella noche su padre y ella se pelearon porque a su padre lo habían ascendido y le habían dado un traje nuevo y eso a la abuela no le hizo ninguna gracia. Una tarde Bruno le escribió una carta a su abuela y le contaba lo mal que se la estaba pasando en su nueva casa en Auschwitz.

Cap.9: Bruno recuerda que le gustaba jugar a los exploradores.  

Después de un tiempo en que todo seguía igual. El padre de Bruno decidió que los hermanos debían retomar las clases y le presentó a su nuevo profesor. Un individuo llamado Herr Liszt. Al finalizar las lecciones, Bruno seguía cuestionándose la vida en la alambrada, entonces decidió salir a investigar el exterior de su casa.

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