El “Pípila” personaje de la época de la independencia de México

Su nombre es Juan José de los Reyes Martínez, mejor conocido como el “Pípila” personaje de la época de la independencia de México y de quien hay diferentes versiones en relación al acto heroico a favor de nuestro pueblo, así como de su vida privada.

Fue originario del poblado de Valencia, Guanajuato y trabajaba como barretero en las minas de Mellado, hijo legitimo de Pedro Martínez y María Rufina Amaro, su esposa fue Victoriana Bretadillo. Se dice que era un hombre fuerte y valiente, que sabia leer y escribir, con rasgos 100% mexicanos, de color moreno, pelo lacio y oscuro, ojos rasgados y de complexión musculosa y con mucho de indio otomí o chichimeca, pero poseído también de una enfermedad sìlicosa común por el trabajo que realizaba en las minas. Sus compañeros mineros lo apodaron el “pípila”, nombre que se le da al guajolote o pavo doméstico, quizás por las pecas que llenaban su cara, dándole el aspecto punteado del plumaje de estas aves. Otra versión afirma que se debía a que su risa se asemejaba al graznido de dichos anímales.

Uno de los factores sociales que dieron pie a la guerra en esa región fue que tanto mineros como los peones acapillados estaban endeudados de por vida en la tiendas de raya, además, los mineros guanajuatenses eran severamente castigados por oponerse a la ley de Carlos III , lo que originó que muchos mineros fueran sentenciados a la pena de muerte y otros tantos a ser azotados en público.

Todo esto provocó el ánimo para el levantamiento contra los españoles, la mecha que faltaba

para que se enfrentaran abiertamente la proporcionó Don Miguel Hidalgo y Costilla, respaldado por el pueblo y por un número significativo de mineros, estos, armados con palos, machetes, lanzas y unos cuantos fusiles, marcharon de San Miguel el Grande hasta Guanajuato, donde el ejercito realista acompañado de los españoles se refugiaban en la Alhóndiga, fuertemente armados resistían el ataque de los insurgentes.

Todos los esfuerzos por tomar la Alhóndiga resultaban inútiles y costaban muchas vidas a las tropas mal armadas de Don Miguel Hidalgo, la batalla fue cruel y despiadada por la marcada desigualdad de los contendientes, ya que la educación militar o para la pelea no era la misma, mientras la tropa de Hidalgo luchaba con lo que tenía a la mano, los españoles tenían armas y hombres preparados para la batalla, que en apariencia eran mucho mejores que los nuestros…, Y cuando todos creían que no había nada más que hacer, cuando empezaba a morir la esperanza y el sueño de ser totalmente libres y que el levantamiento había sido en

vano.

Un gran hombre se armo de valor por amor a su patria, y en ese momento “El Pípila”, como un acto de valentía tomó una pesada losa y se la colocó en la espalda, armado con una tea (antorcha que utilizaban los mineros para trabajar en los túneles) , cruzó por una gran lluvia de balas hasta llegar a la puerta principal, incendiando así la entrada de aquella fortaleza. Que dio paso libre a los nuestros y así poder tomar lo que nos pertenecía. Después de que la puerta cedió, los insurgentes lograron entrar saquearon todas las semillas, barras de oro, plata y alhajas. Muchos de nosotros podemos pensar que fue un hecho insignificante y poco valeroso para  todo lo que estamos acostumbrados a ver en nuestros días, y no reflexionamos en que si no hubiera ocurrido tal acto, tal vez en este momento no seriamos la nación que somos.

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