El Teatro
Enviado por kattypadillar • 29 de Septiembre de 2014 • 1.174 Palabras (5 Páginas) • 235 Visitas
EL TEATRO ESPAÑOL DEL SIGLO XX (HASTA 1939)
1. Introducción:
A principios del siglo XX seguían triunfando las tendencias teatrales de finales del XIX. El teatro neorromántico de Echegaray y el teatro realista de Galdós tenían un gran apoyo popular y triunfaban por encima de las tendencias renovadoras de otros autores. El denominado teatro comercial contaba con la burguesía como público fiel y su finalidad era distraer sin más, es decir, los autores de este tipo de teatro no planteaban grandes conflictos morales en sus obras, sino argumentos más o menos amables dirigidos a la elegante clase media de principios de siglo. El público mostraba preferencia por el costumbrismo, representado por la alta comedia o por el sainete (madrileño o andaluz). Además, en esta época se desarrolla un teatro poético de tendencias evasivas cuyo argumento estaba completamente alejado de los problemas contemporáneos.
Frente a las tendencias mayoritarias en lo que concierne al gusto de los espectadores, surgió un tipo de teatro renovador y, por consiguiente, minoritario. Su objetivo era evitar la vulgaridad del teatro comercial. Autores como Azorín, Unamuno o Valle-Inclán se esforzaron por cambiar el panorama teatral español a través de argumentos simbólicos o conceptuales, cargados de elementos metafóricos. La influencia que estas nuevas tendencias ejercieron sobre el teatro fue casi inapreciable, ya que el público seguía prefiriendo el teatro de masas. Además de esto, los empresarios teatrales buscaban la rentabilidad económica inmediata gracias a las obras que seleccionaban, y es evidente que el teatro renovador de principios del siglo XX no atraía mucho público a las salas. Los espectadores estaban acostumbrados a los dramas de Echegaray y adolecían de la formación necesaria para entender las nuevas perspectivas teatrales.
2. El teatro neorromántico de Echegaray
José Echegaray y Eizaguirre (1832-1916) representa el Romanticismo teatral tardío. Alcanzó un gran éxito durante su vida y el público adoraba la espectacularidad de sus temas y el patetismo de sus argumentos. Tanto fue así que le fue concedido el premio Nobel de Literatura en 1904. Un año más tarde, en 1905, la prensa organizó un homenaje a Echegaray, a raíz de lo cual un grupo de autores, entre los que se encontraban Unamuno, Rubén Darío, Azorín, Baroja, Valle-Inclán, los hermanos Machado, Maeztu y Jacinto Grau, presentó un manifiesto de protesta. Entre las obras de Echegaray, destaca fundamentalmente El gran galeoto (1881; 1908). Hoy en día la obra de este autor merece poca atención. Si por algo es recordado, es por haber sido el primer autor español galardonado con el premio Nobel de Literatura.
3. El teatro realista
El éxito y la calidad de la novela realista del XIX fueron arrolladores, aunque no tuvo su reflejo en el teatro. Autores como Galdós o Dicenta se esforzaron por desarrollar un teatro preocupado y comprometido por los problemas contemporáneos y, en gran parte, lo consiguieron, pero no alcanzó en ningún caso la categoría de la novela realista. Esta tendencia teatral penetró en el siglo XX con fuerza y contó con el apoyo del público.
Joaquín Dicenta (1863-1917)
Preocupado por los enfrentamientos de clase de las últimas décadas del XIX, publica en 1895 su gran obra, Juan José. Frente a los elegantes decorados burgueses del teatro comercial, Dicenta sitúa su obra en una taberna frecuentada por albañiles. Además, plantea una disputa de celos y honor entreverada con la denuncia de la situación del proletariado de la época. La obra de Dicenta es el primer ejemplo de teatro social o comprometido de nuestra literatura, que se prolonga en sus siguientes obras: Daniel (1906), Lorenza
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