El Tiempo De Los Tiranos
Enviado por P_marques • 2 de Noviembre de 2013 • 1.056 Palabras (5 Páginas) • 1.565 Visitas
El texto que sigue está basado en el capítulo El tiempo de los tiranos p. 277- 294. In: El espejo enterrado, de Carlos Fuente, 1993. Y tratará de las revoluciones que configuraron el escenario latinoamericano.
“Un dilema típico de todas las sociedades revolucionarias es: La persecución de ideales democráticos con métodos no democráticos”, así afirmó Carlos Fuentes sobre las revoluciones del 80 y no podía ser diferente. Las revoluciones prometieron Libertad e igualdad que vendrían automáticamente como resultado de una rebelión, y que al fin y al cabo no fue más que un miraje, estaba ahí y luego no estaba más.
Entre 1810 y 1815, La revolución argentina de independencia se irradió desde Buenos Aires con un mensaje radical de libertad, fue un ejemplo. Treinta años después, en Chile, el escritor exilado Domingo Faustino Sarmiento se acordaría de este episodio con gran nostalgia. Pero ¿Por qué el sueño de independencia había naufragado de México a la Argentina?
El fervor con que la Argentina independiente proclamó su solidaridad con otras revoluciones, resultó, al cabo, un hecho contraproducente. En Paraguay desembocaron en la dictadura hermética del doctor Gaspar Rodriguez de Francia, quien selló el ingreso a su república, en el Perú asustó las oligarquías locales, que se volvieron pro españoles y lucharon en contra de los ejércitos revolucionarios.
Las guerras de independencia agitaron las ambiciones de los caudillos que se pusieron a enfrentar los gobiernos nacionales y liberales desde Vicente Guerrero en México hasta el Bernardino Rivadavia en Argentina. ambos sucedidos por los dictadores, - Santa Anna en México y Rosas en Argentina- , en contra los cuales no se podía luchar, pues poseían armas, caballos, tierras y campesinos para imponer su voluntad localmente.
El peligroso vacía dejado por la monarquía española, explica la aparición de los tiranos hispanoamericanos, como ejemplo mayoritario, Juan Manuel de Rosas dictador en Argentina.
Rosas nunca ocultó su naturaleza populista “Me pareció importante hacerme gaucho como ellos, hablar como ellos y hacer cuanto ellos hacían; protegerlos, hacerme su apoderado…”, para después obligar la población a adorar su retrato, no sabía mantenerse en el poder, sino por la fuerza, era vengativo e imperioso, concentró el poder en sí mismo y si mantuvo en el puesto por 23 años, entre 1829 y 1852.
Del otro lado del río fronterizo con la Argentina, el caudillo nacional gobernó a Paraguay como “dictador perpetuo” entre 1814 y 1840 el doctor Gaspar Rodriguez de Francia se nombró así mismo “El supremo”. El doctor Francia arropó su chauvinismo de hierro con una capa populista, así como Rosas, demostrando que el nacionalismo latinoamericano tiene sus orígenes en la derecha e ilumina la noción de que el populismo despótico sólo logra disfrazar la parálisis impuesta por el tirano a la sociedad.
En los tiempos de reacción Santa Anna, quien se hizo proclamar por su “alteza serenísima”, fue derrocado por una reacción de disgusto y dignidad nacional, encabezada por el partido liberal, en cuyas filas meditaba Benedito Juárez. La primera decisión de Juárez consistió en separar la Iglesia del Estado, confiscando la vasta e improductiva riqueza de la iglesia, haciéndola circular. Juárez y los liberales
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