El Uso De La Libertad Por El Hombre

“El hombre está condenado a ser libre, porque una vez que está en el mundo, es responsable de todo lo que hace” (frases, 2008). El ser humano tiene en sus manos el poder de la libertad, sin embargo hoy en día ha ido transformándola hasta el punto de hacer un mal uso de ella. Lamentablemente, gracias a sus impulsos, ha cometido actos inapropiados causando gran daño a la humanidad. A través del texto vamos a ver cómo el hombre hace uso de la libertad, la manera en que Enrique Rojas ve a la sociedad usándola, la comparación con el pensamiento de Alfred Adler y la teoría de Sigmund Freud.

El hombre usa su libertad sin conciencia ya que hace todo por quedar bien dentro de la sociedad y quiere dar cierta imagen para ser aceptado. Se convierte en un ser vacío que parece que está encarcelado, es decir que no es libre debido a que hace lo que los demás hacen y eso lo convierte en un “preso” más de la sociedad.

Como lo menciona Rojas (1992). Se trata de un hombre sin vínculos, descomprometido, en el que la indiferencia estética se alía con la desvinculación de casi todo lo que le rodea. Un ser humano rebajado a la categoría de objeto, repleto de consumo y bienestar, cuyo fin es despertar admiración o envidia.

La buena voluntad de la libertad ha ido disminuyendo. Esto responde a la voluntad de poder de Adler, decía que era “un impulso innato hacia el dominio, la competencia y la superioridad hacia los demás” (Psicoactiva, 2009).

Quiere decir que el hombre por naturaleza quiere el dominio de lo absoluto, se convierte en un ser que busca rivalidad para todo y como sabe que tiene la libertad de poder hacer y deshacer llega hacer mal uso lo cual hace que actué sin pensar en las consecuencias que puede traer el daño de no usar correctamente y controlar su libertad sin ponerse ciertos límites para llegar al bien o simplemente saber cómo manejarla para no perjudicar a nadie.

Este tema actualmente se ha creado un humano egoísta, competitivo y sobre todo un ser humano consumista que cada vez quiere más y más y no encuentra nada que lo satisface, abusa de la libertad para poder pertenecer a una sociedad.

La libertad no sólo se refleja en los actos sino también en tu conciencia. Así como Sigmund Freud pensaba: tú tienes la libertad de decidir quién quieres ser y a dónde quieres llegar. En esto interviene el yo, ello y súper yo. Una persona decide en qué tipo de persona quiere convertirse. El “ello” es lo malo que hay inconscientemente dentro de ti, los impulsos que tomas. El “súper yo” es toda la moral, tus mayores metas y el lado perfecto. Por último el “yo” es el equilibrio de ellos dos.

Siendo la libertad un derecho tan versátil, entra en este duelo contigo mismo de querer encajar dentro de alguno de estos perfiles ya que depende de ti completamente. Aquí mismo entra la responsabilidad que tenemos como persona

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