El desarrollo de la guerra de Independencia
Enviado por romero.0123 • 29 de Octubre de 2013 • 2.678 Palabras (11 Páginas) • 255 Visitas
El desarrollo de la guerra de Independencia
Martes, 30 de Noviembre de 1999 00:00 | Author: Nuevas Tecnologías |
• Acontecimientos centrales en las campañas de Hidalgo y de Morelos
• Etapa de la resistencia
• Composición social de los ejércitos insurgentes
• Efectos de la guerra en la identidad de los mexicanos
En diversas partes del país hubo reuniones secretas para planear la independencia de México, pero la mayoría fueron denunciadas y sus participantes encarcelados. En la conspiración de Querétaro, participaban el corregidor de esa ciudad, Miguel Domínguez, y su esposa doña Josefa Ortiz de Domínguez, el sacerdote don Miguel Hidalgo y Costilla, los oficiales Ignacio Allende, Ignacio Aldama y Mariano Abasolo. Con el apoyo de indígenas y mestizos, pensaban derrocar al gobierno y formar uno autónomo en ausencia de Fernando VII. Planeaban levantarse en octubre de 1810, pero, la conspiración fue descubierta y las autoridades arrestaron a algunos de sus integrantes; sin embargo, doña Josefa logró prevenir a Hidalgo, quien con Aldama y Allende decidieron adelantarse y se levantaron en armas en la madrugada del 16 de septiembre de 1810.
ACONTECIMIENTOS CENTRALES EN LAS CAMPAÑAS DE HIDALGO Y MORELOS
El levantamiento se inició en el pueblo de Dolores, donde se encontraban emplazadas las tropas de Mariano Abasolo; el cura Hidalgo escondía algunas armas para tal propósito, y se unieron al movimiento unos 600 hombres. Los sublevados, al mando de Miguel Hidalgo, avanzaron hacia la capital de la intendencia. Al pasar por Atotonilco, Hidalgo tomó de la iglesia la imagen de la virgen de Guadalupe y la enarboló como bandera del ejército libertador. En San Miguel el Grande los insurgentes fueron apoyados por un grupo de fuerzas militares comandado por Allende; después fueron avanzando victoriosamente sobre otros poblados. En cada lugar se unían más y más personas al ejército independentista con la esperanza de mejorar su situación: 25 000 en una semana, 80 000 en un mes; no obstante, no había armas suficientes, la mayoría de los sublevados luchaba con palos, machetes, picos, palas y hondas.
Al llegar a Guanajuato, Hidalgo invitó a las autoridades locales a unirse a su lucha o bien, a rendirse pacíficamente, pero sus propuestas fueron rechazadas, se inició una batalla en la que los españoles fueron derrotados y el ejército insurgente entró en la población.
El intendente, los soldados realistas y los ricos, con sus pertenencias de más valor y con alimentos suficientes para dos meses, se encerraron en una gran bodega de granos, la Alhóndiga de Granaditas, para esperar la llegada de refuerzos. La población guanajuatense, indignada por la actitud egoísta y cobarde tanto de su autoridad como de los ricos, se unió a los insurgentes en su ataque a la alhóndiga. Lograron entrar, según se cuenta, gracias a la participación de Juan José Martínez, El Pípila, quien protegido con una gran losa en la espalda, llegó hasta la puerta de madera para incendiarla.
Los victoriosos combatientes, enardecidos, saquearon casas, comercios y agredieron a los españoles, lo cual desacreditó la lucha. Ante esto, Hidalgo decretó la pena de muerte para quien saqueara o matara.
En esa ciudad, Hidalgo organizó su ejército y nombró un ayuntamiento para que la gobernara, luego avanzó hacia Valladolid (hoy Morelia), que se rindió para evitar los desmanes de Guanajuato y fue tomada por los insurrectos. Aquí Hidalgo publicó un decreto que abolía la esclavitud en toda la provincia. Allí también se unieron al ejército insurgente dos regimientos, y don José María Morelos se presentó ante Hidalgo para ofrecerle sus servicios e incorporarse a la lucha. Este último comisionó a Morelos para que levantase en armas el sur del país y tomara el puerto de Acapulco, punto vital de la economía colonial.
De Valladolid las fuerzas revolucionarias avanzaron a Zitácuaro y luego a Toluca, que fue tomada por el ejército insurgente, de ahí se dirigieron a la Ciudad de México.
Al tener a la vista la capital, en el monte de las Cruces, el ejército realista salió al encuentro de los insurgentes, se libró una gran batalla la cual fue ganada por los insurrectos y abrió la posibilidad de avanzar hacia la capital.
Por razones que muchos historiadores aún discuten, Hidalgo decidió no proseguir hasta la Ciudad de México y retrocedió hacia Valladolid; Ignacio Allende no aprobó esta decisión y fue el principio de la división entre los jefes insurgentes.
Mientras tanto el movimiento independentista se había extendido por todo el país; se produjeron levantamientos en el norte, había provincias tomadas por los insurgentes y tropas realistas que se habían unido a la insurrección. En el sur se inició la actividad de Morelos. Por otra parte la ciudad de Guadalajara estaba en poder del insurgente José Antonio Torres y otros lugares del occidente también estaban en armas.
El ejército virreinal se enfrentó a los sublevados en la batalla de Aculco y los derrotó; los jefes insurgentes se dividieron: Hidalgo se dirigió a Valladolid y Allende a Guanajuato. Las fuerzas de Allende tuvieron un enfrentamiento con los realistas y fueron derrotados.
Hidalgo llegó a Guadalajara, después fue alcanzado por los demás jefes del movimiento. En esta ciudad decretó la abolición de la esclavitud, suprimió los monopolios estatales de la pólvora, el tabaco, los naipes así como los tributos que pagaban los indígenas.
Entonces se publicó el periódico insurgente El Despertador Americano, también se organizó el gobierno y el ejército que luchaba por la independencia. El ejército virreinal avanzó contra Guadalajara y se enfrentó a los insurgentes en la batalla de Puente de Calderón; los realistas ganaron la batalla y el ejército insurgente se retiró a Aguascalientes. Ahí decidieron que el jefe militar sería Ignacio Allende, mientras que Miguel Hidalgo y Costilla sería el jefe político.
El ejército realista recuperaba algunas de las ciudades tomadas por los independentistas. Los líderes del movimiento decidieron dirigirse a Estados Unidos para conseguir recursos; nombraron a Ignacio López Rayón jefe del movimiento mientras ellos emprendían el viaje con una parte del ejército. Pero en Coahuila los insurgentes fueron traicionados por Francisco Ignacio Elizondo, un antiguo realista que fingió unirse a la causa. Así los jefes insurgentes fueron tomados prisioneros en un lugar llamado Acatita de Baján y conducidos a Chihuahua donde fueron procesados y condenados a muerte.
Asimismo, Ignacio López Rayón organizó la Suprema Junta Gubernativa de América para unificar a los insurgentes que luchaban en las distintas partes del país y gobernar en nombre de Fernando VII. El
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