El juglaron

El juglarón

En esta obra se presentan cuatro cuentos cortos escritos por el poeta español León Felipe, en 1961 durante su exilio en México, entre ellas se presentan:

“LA MORDIDA” Es la historia de un hombre con aspecto inocente llamado Simplicio, quien baila todo el tiempo y su sueño es ser juglar o consejero del rey; todos tratan de engañarlo y darle una buena “mordida”, pero vemos que Simplicio no es tan simple, así que al final le da una lección a todos los que trataron de engañarlo.

“JUSTICIA” Tomado directamente de El Quijote, nos muestra cuando Sancho, como “gobernador” de la Ínsula Barataria es puesto a ejercer justicia, y sorprende a todos.

“LA PRINCESA DOÑA GAUDA” La princesa Doña Gauda arde, pues en poco cumplirá treinta años y aún no tiene marido. Esa desesperación la obliga a hacerle a su padre el Rey una petición siniestra para conseguir casarse con quien fue  su amado desde la infancia, sin importarle quien o quienes saldrían lastimados, aunque al final las cosas no terminan como a ella le hubiese gustado.

“TRISTÁN E ISOLDA” Jugando con el Romanticismo, presentamos a unos modernos Tristán e Isolda, enamorados en vísperas de la Navidad sin nada en los bolsillos como para poder hacer un regalo. Buscando la manera de darle el mejor regalo a su amado venden cosas muy valiosas para ellos, tratando de regalarle un complemento para eso más importante del otro.

Estos cuatro cuentos son escritos en 1961, sin embargo el autor nos lleva a vivirlas en otro momento de la historia y nos podemos dar cuenta de eso gracias a los artefactos utilizados y a los factores del entorno como lo son la ropa, zapatos, arreglo personal, muebles o el lugar donde se desarrolla la historia y otros detalles que son propios de otra época.

En la mayor parte de la obra se hace mucho énfasis en las palabras para lograr resaltar alguna idea importante o cuando se pretende destacar un mensaje solemne por ejemplo y en ello contribuía el volumen, la entonación que son las cualidades de la voz, así como vocalizaciones, el silencio también cumplía un papel muy importante para acentuar algunos diálogos.

 Algo que le daba un toque muy peculiar a la obra y que acompañado del paralenguaje nos hacían pasar un momento muy placentero y cómico era la utilización de los elementos que llamamos Kinesia o movimiento corporal, ya que de esta manera lo que se pretende transmitir se acentúa aún más aunque  en muchas ocasiones se puede contradecir con lo que nos dice la comunicación verbal.

La proxémica fue algo se utilizó todo el tiempo a través de la obra ya que es el uso que hacemos del espacio en el que nos desenvolvemos o transmitimos nuestros mensajes, en el caso de la obra a veces el personaje que transmitía algún mensaje tenía que dirigirse a un publico amplio o en ocasiones a una sola persona en una zona intima como en la mayor parte del cuento en Tristán e Isolda ya que al ser una pareja era así la mayor parte de su comunicación espacial aunque esto claro dependía de lo que se tuvieran que decir.

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