El mancebo que casó con mujer brava
Enviado por Morethy • 22 de Enero de 2015 • Informe • 436 Palabras (2 Páginas) • 523 Visitas
El mancebo que casó con mujer brava
ESCENA 1
PADRE POBRE.- Te digo, hijo mío que lo pienses mejor, que la
muchacha es más rica que nosotros y de más alto linaje. Y es malo
que la mujer aventaje en fortuna a su marido.
JOVEN.- Es cierto, pero siendo usted pobre, no tiene nada
que darme para vivir a mi gusto. Y si no me ayuda a arreglar el
casamiento que pido, me veré forzado a irme de esta tierra en busca
de mejor ventura.
PADRE POBRE.- Mucho me maravilla tu intento y osadía. Tú eres
pobre y ella es rica. Tiene más tierras de las que podrías andar a
caballo en todo un día, aún yendo a trote.
JOVEN.- No se fije usted en eso; que si ella tiene fortuna, Yo se la
aumentaré con mi esfuerzo.
PADRE POBRE.- Todavía hay más. Y es que cuando tú tienes de
buenas maneras, ella las tiene de malas.208
34 INDICE CONTENIDO
JOVEN.- De eso respondo yo: que no hay mula falsa donde hay buen
jinete y yo sabré tenerle fuerte la rienda desde el principio.
PADRE POBRE.- Mira, muchacho, que su padre nunca la ha podido
dominar. La muchacha tiene tal genio que fuera de ti no hay hombre
en el mundo que quiera casarse con semejante diablo.
JOVEN.- Llame a esa puerta, padre. La muchacha es brava; pero
brava y todo, es de mi gusto. Y si su padre me la concede, yo sabré
cómo han de pasar las cosas en mi casa desde el primer día.
PADRE POBRE.- Puesto que tú lo quieres, sea. No dirás que no te lo
advertí a tiempo. Pidamos ahora a la muchacha y quiera el cielo que
no te la concedan. (Toca a la puerta, se abre. Abre el padre rico.)
ESCENA 2
PADRE RICO.- Dichosos los ojos, vecino. ¿Qué nos trae a esta su
casa?
PADRE POBRE.- Un ruego que vengo a hacerle en nombre de mi hijo.
PADRE RICO.- ¿De qué se trata?
PADRE POBRE.- Usted, amigo y señor, tiene sólo una hija.
PADRE RICO.- Cierto, una sola, pero me pesa como si fueran
doscientas.209
34 INDICE CONTENIDO
PADRE POBRE.- Y yo sólo tengo a este hijo. Antes, cuando los dos
éramos pobres, usted y yo éramos amigos, juntamos nuestra amistad.
Hoy vengo a rogarle, si le parece, que juntemos a nuestros hijos.
PADRE RICO.- (Asombrado.) ¿Cómo es eso, vecino? ¿Se Atreve
hablarme de casamiento?
PADRE POBRE.- Ya le advertí al muchacho de su riqueza y de
nuestra humildad. Pero él se empeña...
PADRE RICO.- (Avanza. El muchacho retrocede.) ¿Qué este
muchacho quiere casarse con mi hija? ¿No me engañan los Oídos?
JOVEN.- Esa es nuestra súplica. Si lo tiene usted a bien.
PADRE RICO.- ¡Y cómo si lo tengo a bien! ¡Dios te bendiga.
Muchacho! Qué peso vienes a quitarme de encima.
...