El maniático.
Enviado por PDMM2010 • 24 de Septiembre de 2018 • Trabajo • 2.463 Palabras (10 Páginas) • 128 Visitas
“EL MANIATICO”
Todo estaba cambiando, yo lo sé, lo siento, hay algo aquí que nos hace actuar diferente, no sé qué pueda ser, talvez las personas nos hacen actuar así, sin siquiera darnos cuenta de lo que estamos haciendo. Lo único que puedo decir al respecto, es que no se si pueda salir vivo de esto, temo por mi vida y por la de los demás que están a mi alrededor, sinceramente no sé si pueda seguir, estoy aterrado, ya no puedo ocultar lo que ha pasado en estos últimos años, alguien tiene que ayudarme, porque si no, todos moriremos.
Toda esta historia comenzó hace tres años, cuando todos teníamos quince años, la vida era mucho más fácil sin complicaciones, responsabilidades, entre otras cosas muy aburridas. Mi mejor amiga Penélope y yo acabábamos de entrar a la preparatoria, éramos los más pequeños de la clase, hasta que llego un chico llamado Mike, el apenas cumpliría los quince años. Su personalidad no era muy agradable, siempre estaba solo, parecía que le gustaba la soledad. Siempre que alguien intentaba platicarle sobre algo, se alejaba, era el chico más misterioso que había conocido en la vida. Un día mi amiga Penélope me dijo con una voz muy decidida y confiada:
-Deberíamos hablarle al chico nuevo, ¿no lo crees Sebastián?
La voltee a ver con una mirada seria y le dije:
-¿Es enserio?, tu sabes muy bien que no suelo hacer amigos por lastima o pena.
Su sonrisa desapareció al instante de su rostro, en el momento que voltee a verla, vi como se acercaba al chico nuevo, eso no me daba buena espina, así que decidí seguirla para asegurarme de que todo fuera a estar bien, llegamos con él y Penélope con una sonrisa algo tímida le dijo:
-Hola, ¿Cómo estás? ¿Gustas que te ágamos compañía?
Mike solo nos miro y vi como una sonrisa de burla se formaba en su rostro pálido, Penélope y yo estábamos temblando por la forma en que nos miraba, lo oscuro de sus ojos, eran demasiado intimidantes, como si nos quisiera hacer daño. A lo que respondió:
-Dudo mucho que alguien como ustedes dos sea el tipo de personas con las que quisiera estar, simplemente aléjense de mí y no me vuelvan a molestar.
No sabíamos por que nos había respondido de esa manera. Se había comportado de una manera demasiado extraña, para Penélope hacer eso era una grosería, a lo cual ella le respondió agresivamente:
-¿Cuál es tu problema amigo? Yo solo trataba de ser amable con alguien que da lástima a todo el mundo por no tener amigos, y si esa es tu cruel manera de decirlo esta bien, quédate en tu sufrimiento….
Mike solo la miro sorprendido por todas esas palabras tan sinceras que le había gritado con tanto enojo y rabia, el solo se quedo parado viendo como nos alejábamos, no sé qué había ocurrido en ese momento, me sentía tan raro por la forma en la que nos miro, sus ojos eran tan diabólicos, que con tan solo verlos, sentías una extraña sensación que provocaba miedo. Penélope seguía tensa y enojada por lo sucedido, y yo solo trataba de tranquilizarla, pero no puede, ella es muy terca e impredecible, solo se paró de donde estábamos sentados leyendo, me miro y me dijo con voz baja:
-Me iré a mi casa, te veré mañana en la escuela.
Se escuchaba tan fría, pero la deje ir, no quería causarle más molestias, así que yo me quede leyendo en ese lugar por unas horas más, hasta que me tuve que ir a mi casa. Cuando llegue a la entrada pude darme cuenta que Mike, el chico nuevo, vivía a tres casas de la mía, me quede impactado al saber que ese chico estaría la mayoría del tiempo cerca de mí, tanto en la preparatoria como en mi propio vecindario, lo que más de desconcertó de ese encuentro tan extraño e inesperado, es que nunca me había percatado de que el viviera en esa casa. Me dirigí a mi casa, creí que la tranquilidad y serenidad de mi hogar seria relajante después del extraño día que tuve, así que, entre a mi casa y me dirigí a mi habitación si decirle nada a mi madre, ni mucho menos a mi hermana, ellas solo se quedaron mirándome unos segundos y siguieron cenando. Ya solo en mi habitación me puse a reflexionar ese día, pero solo basto unos minutos para quedarme dormido.
A la mañana siguiente, llame a Penélope para preguntarle cómo se sentía después de lo ocurrido. Penélope se quedo callada un momento y me respondió:
-No lo sé, me siento un poco extraña, pero ya se me pasara, ¿Qué tal si pasas por mi mas tarde y nos vamos a la preparatoria?
Ya que estábamos en el salón de clases Penélope empezó a platicarme sobre Mike, yo la voltee a ver muy confundido de lo qué me estaba diciendo, la interrumpí y le dije con voz un poco desconcertada:
-¿Estás segura de quererle hablar a Mike después de cómo nos trato ayer?
-No lo sé, hay algo en el que me parece misterioso he intimidante- dijo ella viéndome directo a los ojos.
No sabía que decirle, Penélope no actuaria así y mucho menos con alguien que se ha comportado de esa manera tan grosera, creo que ella solo sentía lastima por él, no podía negarle nada, era mi mejor amiga, así que le dije:
-Está bien, te ayudare a hablarle a Mike, pero solo con una condición.
-Sí, está bien, ¿cuál será tu condición?- Me dijo alegre.
-Si él se llega a comportar otra vez de esa manera, no le volveremos a hablar, ¿comprendes?
Ella me miro y movió la cabeza para aceptar ese acuerdo que habíamos hecho.
Cuando nos dirigíamos hacia Mike, el estaba leyendo un libro sentado en el pasto, Penélope llego hacia donde estaba el y solo la miro, su cara cambio, parecía un poco desconcertado, el volteo a ver a su libro y nos dijo:
-Me sorprende que vengan otra vez aquí conmigo después de cómo les conteste ayer- Nos miro con una sonrisa amigable – Lamento como les hable ayer, es solo que tengo demasiadas cosas que hacer.
Penélope le sonrió, yo me quede quieto y callado observando lo que pasaba entre ellos dos.
-¿Necesitas que Sebastián y yo te ayudemos en algo?- Dijo ella mirándolo fijamente- tal vez así nos podamos conocer mejor y ser buenos amigos entre los tres.
-No creo que me puedan ayudar, son cosas que no entenderían, no soy una persona que intente hacer amigos, prefiero estar solo, así nadie me molesta- dijo él con una sonrisa un tano falsa.
Yo lo observe y vi como Penélope se desconcertó, en eso me metí en su plática.
-¿Seguro que quieres estar solo? No siempre la soledad es buena, a veces necesitas contarle a alguien como te sientes.
-¿Qué tal si algún día salimos por ahí?, O mejor podríamos ir de campamento ¿no les gustaría?- Dijo Mike un tanto entusiasmado.
Enseguida Penélope acepto la oferta de ir a acampar, yo no estaba muy seguro, ese chico ocultaba algo, lo sentía, no era de fiar. Mientras yo pensaba en esa oferta que nos había hecho ellos dos me veían, Penélope me hacía señas de que fuéramos a acampar, pero yo no estaba muy seguro de ello.
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