El niño y la estrella

EL NIÑO Y LA ESTRELLA

Cierta noche un niño que se llamaba Julián, se encontraba muy triste debido a que en su casa su mamá y su papá estaban discutiendo a causa de su mal rendimiento escolar. Por tal motivo, Julián decidió huir de su hogar y caminando por el monte que había detrás de su casa sin rumbo fijo se fue alejando cada vez más y mientras lo hacía, y ya muy lejos de su casa, se percató que un enorme resplandor le seguía muy de cerca.

Julián, asustado, intentó correr para escapar de la posible asechanza que le seguía, pero todo fue inútil porque mientras más corría, más se acercaba la extraña luz.

De pronto, zuas, Julián decidió detener su carrera y enfrentar a su seguidor. Y fue cuando advirtió que la extraña luz que le seguía era una resplandeciente y hermosa estrella la cual al ver que el niño por fin detuvo su carrera, se le acercó aún más y con una suave y melodiosa voz le dijo:

- No temas Julián, no voy a hacerte ningún daño, por el contrario, mi único propósito es cuidarte de cualquier peligro que se te pueda presentar. Ante tal enunciado, Julián respiró profundo demostrando tranquilidad.

La estrella preguntó a Julián la causa de su huida de su hogar, a lo que el niño le contestó:

- Me siento muy triste y decepcionado porque a pesar de todos los esfuerzos que mis padres hacen para darme alimentación, salud y educación yo le pago con bajo rendimiento escolar. Pero no es mi culpa no entender bien lo que los maestros me explican y al momento de presentar exámenes salgo reprobado.

La hermosa estrella compungida por el sufrimiento de Julián decidió ayudarlo y lo bañó con polvo de estrellas, lo que lo ayudaría a entender mejor las enseñanzas de sus maestros y, además le dijo:

- Julián, con este polvo de estrellas te volverás un niño muy inteligente y cuando tengas algún tropiezo o problema en tu vida, solo aléjate un poco de la gente y mira al cielo pensando en tu problema y nosotras las estrellas del universo acudiremos a ayudarte a solucionar tu problema.

Julián regresó a su casa y pidió perdón a sus padres que se encontraban muy preocupados por su huida y, además le prometió que a partir de ese momento, sería un niño más responsable con sus deberes y con sus estudios y así lo hizo.

Al pasar de los años, Julián se convirtió en un excelente hombre y se graduó con honores en la universidad como Maestro, para poder enseñar a los niños de la manera más fácil para que así lograran salir bien en sus estudios.

Gustavo Duque

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