El principe y la campesina (cuento infantil)

Había una vez un príncipe que vivía en el castillo real de un pueblo muy lejano, llamado Guarimán. Un día el príncipe se decidió a hacer una pequeña reunión con los personajes más ilustres del pueblo y sus alrededores. Llego un abogado muy importante en aquel pueblo; cuando el príncipe se acercó a saludarlo se topó en su camino con una campesina la cual estaba encargada de repartir las bebidas en aquella fiesta. El príncipe al verla se asombró de su belleza tan natural, y le pregunto su nombre, ella tan apenada respondió: ‘’me llamo margarita’’ él se presentó y le dijo ‘’ yo me llamo pablo’’. Aquel príncipe quedo enamorado de aquella campesina lo cual lo puso triste pues era un amor prohibido. Paso un mes y el príncipe seguía pensando en aquella campesina por lo cual se propuso a buscarla. Busco casa por casa y a todos les preguntaba por ella; al cabo de una semana pudo dar con su paradero, él se alegró mucho y de inmediato corrió hacia ella. Le conto la travesía que tuvo que pasar para encontrarla y le confeso su amor. Ella se sorprendió ante la declaración del príncipe pues nunca pensó que alguien de la realeza pudiera fijarse en una simple campesina. El príncipe empezó a visitarla con frecuencia sin que nadie de su familia tuviera conocimiento alguno de aquellos encuentros. Después de concretar su relación amorosa el príncipe quiso presentarla con su familia lo cual era difícil pues sus padres se fijaban mucho en los estratos sociales y podrían rechazarla. Pues dicho y hecho los padres de él conocieron a la campesina la cual fue rechazada por ellos; el príncipe se enojó ante esta situación pues no le parecía justo que solo por un estrato social no pudiera ser feliz junto a la mujer que amaba. Ellos se interpusieron en aquella relación lo cual disgusto al príncipe y lo hizo explotar, les dio sus razones y les dio a entender que el amor era más que un estrato social, que un cargo laboral y que una vestimenta, les dijo que el a ella la amaba con todo su ser y que ellos no iban a ser un impedimento para el estar con ella. Sus padres ante esta situación reaccionaron de una forma inesperada aprobando dicha relación y pidiendo disculpas por su actitud con aquella muchacha. El príncipe y la ahora princesa se casaron y vivieron felices para siempre.

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