El reflejo de mi amor

El reflejo de mi amor

“Entonces la princesa se dio cuenta que no era necesario tener un amor para ser feliz”

Desde pequeños nos dicen que existe una persona predestinada para nosotros, nuestra media naranja, que esa personas nos dará el amor que necesitamos. Que su amor superara fronteras y nos rescatara de la soledad, pero ¿realmente quedaremos satisfechos con ese amor?

Muchas personas consideran que el amor es dar y recibir, nunca nos quedamos con nuestro propio amor, que el amor solo se recibe de otras personas.

En los cuentos de hadas, jamás cuentan historias donde la princesa no busca que la rescaten, pero esa es la idea con la que todos crecimos, pero que pasa con nuestro amor, jamás nos miramos al espejo sin pensar en otras personas, jamás nos damos ese tiempo en apreciar lo que tenemos. Si seríamos una lista de lo bueno y lo malo de nosotros la lista de malo está repleta, mientras que lo bueno apenas llenarías dos o tres reglones.

El amor propio es algo que no se utiliza frecuente mente, muy pocas personas conocen el significado, y otras prefieren olvidarse de ello. Pero si el amor es complicado, el amor propio lo es más, ¿Por qué? Porque es aceptar todo de ti, incluso tus imperfecciones, ya que te hacen ser tú.

 La escritora Viviana Blas comento en uno de sus libros, “si no tuvieras imperfecciones serias aburrido, porque todas tus facultades te hacen ser tú. Jamás pierdas tu esencia, porque eso es lo único que necesitas para vivir”. A todo esto se refiere que jamás vas a encontrar un amor sin igual como lo vas encortas contigo mismo.

Amarse a uno mismo no solamente es un punto de referencia para saber cuánto amar a los demás, sino que es un punto de partida del crecimiento de la persona que siente el valor de hacerse responsable de su propia existencia.

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