Ella es... - Sofia Mark - AMLYMI
Enviado por illescas13 • 26 de Junio de 2023 • Trabajo • 503 Palabras (3 Páginas) • 48 Visitas
Ella es…
Mientras las calles comenzaban a poblarse por hombres y mujeres dirigiéndose a realizar sus labores, Ella caminaba, siempre vagabunda y pensativa. Posiblemente, Ella había pasado por esa ciudad un millón de veces, pero no lo sabía, nunca recordaba el nombre de los lugares en los que transitaba, todos son iguales, lo que los hace especiales son las personas con las que habló. Verla caminar era algo que se podía repetir, pero dirigir la palabra era algo de “primera y última vez”.
Ella no lo comprendía, siempre tenía la duda de si esas personas ya habían salido del malestar con que Ella los conoció.
Para evadir sus dudas se iba a algún hospital, un lugar donde nunca faltan personas para conversar. Ahí Ella subía y bajaba, saludaba a los que sangraban y ellos, la mayoría de veces, le contestaban. Por alguna razón se maravillaba al ver los partos y pensaba: “¿Podré hacer lo mismo?”.
Luego de ver esto pasaba a pediatría, “¿Alguna vez fui así de pequeña?”, preguntaba mientras se asomaba por las puertas de los niños. Y entonces ese niño la encontró a Ella.
- ¿Quién eres tú? – dijo el niño rápidamente al ver que Ella pasaba por su puerta.
Ella entró al cuarto para contestar.
- No lo sé, la mayoría con los que hablo me llaman: “Muerte” pero no sé qué quiere decir eso.
- ¿Eres tú? Ahora que te veo puedo decir que no me das miedo.
- ¿Por qué pensabas que daba miedo?
- Desde que llegué aquí todos los niños han dicho que te tienen miedo, así que le pregunté a mis papás sobre ti.
- ¿Y qué te dijeron tus papás sobre mí? – Ella preguntó con intriga.
- Me dijeron que eres cómo dormir mucho y que mientras estoy dormido soñaré junto a Dios. ¿Eso es verdad?
- No lo sé. He escuchado sobre “Dios”, algunas personas lo mencionaron mucho cuando hablamos, pero todavía no sé quién es él.
- Mis papás me dijeron que él es quién hizo todo, desde la luna hasta este dedito; que está en todos lados y nos ama por igual a todos.
Ella se quedó extasiada con la idea de Dios, fue todo lo que necesitaba en ese tiempo de vagar por el mundo.
- Gracias por platicar conmigo, te recordaré eternamente para reconocerte cuando te vea nuevamente. Adiós.
- Adiós Beatriz.
Ella regresó la mirada con extrañeza, el niño inmediatamente contestó:
- Es que como me dijiste que no tenías nombre decidí llamarte así, y tienes cara de Beatriz.
Ella sonrió y se fue. Yendo por la esquina del pasillo vió cómo los médicos iban corriendo a la habitación del niño. – “Espero que no lo vayan a despertar de su sueño con Dios” – dijo con ternura mientras bajaba la escalera.
Nuevamente en la calle, Ella, Beatriz, volteaba a todos lados buscando a Dios.
Beatriz lo busca en cada persona y lugar, esperando la respuesta a sus preguntas, pero nunca las tendrá porque Dios nunca morirá, por lo que con ella nunca hablará. Por eso, Ella, Beatriz, es lo más triste del mundo.
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