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El principito

Género de la obra: Es narrativo y lirico, es un cuento largo pero no es novela, esta en medio de novela y cuento.

Temática general: Trata de la historia de un pequeño príncipe que vivía en un pequeño planeta. Él se sentía muy solo, hasta que en su jardín broto una pequeña flor y al paso del tiempo se hicieron buenos amigos. El principito decide viajar por siete mundos, con el propósito de hacer nuevos amigos. En su recorrido aprende muchas cosas de las personas que encuentra en cada mundo. También esta el otro personaje principal, el aviador, que al tener un percance en su avión, cae al desierto y se encuentra muy preocupado de como es que podrá salir de allí. Es aquí donde entra el principito y conoce al aviador. Es el principito quien ayuda a despejar la mente del aviador y le cuenta sobre todas las cosas maravillosas que el aprendió en sus viajes, y le dice que hay que disfrutar de las cosas que nos da la vida y que debemos disfrutar en vez de estarnos quejando por cualquier cosa.

Este libro, al momento de estar leyendo, te lleva a una serie de reflexiones en base a los siete mundos (que cada mundo tiene una persona que comete uno de los siete pecados).

En el libro destaca mucho el valor de la amistad y el amor, para que podamos ser felices con nosotros mismos y con el entorno que nos rodea.

Resumen:

El autor narra su aventura en el desierto del Sahara cuando su avión sufre un percanse y pasa ocho días en el desierto.

La primera noche mientras dormía en la arena, lo despertó una voz diciendo: “Oye.. haz el favor de dibujarme un cordero.” El Principito, la voz que le despertó, venía del asteroide B612.

No le gustó ningún cordero hasta que le dibujó una caja con tres orificios y le dijo que dentro estaba el cordero y este respondió: “¡ah!, sí, se ha dormido.”

Así es como conoció al Principito. Por eso escribió este libro con el fin de no olvidarle, porque es muy triste olvidar a un amigo.

Cada día averiguaba algo nuevo acerca de su planeta: El tercer día se enteró del drama de los baobads, a los cuales debe arrancar desde el primer brote porque si no destruirían su planeta.

El cuarto día le habló de lo mucho que le gustan las puestas de sol, le dijo cuando se está muy triste, las puestas de sol resultan algo verdaderamente encantador y le dijo que él en un mismo día vio 63 puestas de sol.

El quinto día el Principito le reveló el secreto de su vida. El piloto se encontraba muy ocupado reparando su avión y no le dio importancia a las respuestas que le daba y después de responderle que las espinas de las rosas no sirven para nada, le dijo que hablaba igual que los adultos, que lo confundía todo y le contó que un día conoció a un Señor muy feo que jamás había olido el perfume de una flor, ni contemplado una estrella, ni querido a nadie, lo único que hacía eran sumas.

Le contó de su flor, la cual era muy bella y la quería mucho, pero ella era muy caprichosa y orgullosa y él se sintió infortunado porque no sabía si ella tomaba en serio sus palabras y para evadirse decidió marcharse y aprovechó el paso de unas aves, puso en orden su planeta, deshollinó sus volcanes -dos en actividad y uno no-, arrancó los brotes de baobads, la flor le pidió perdón y le dijo: “procura ser feliz y vete ya”, porque no quería que la viera llorar.

Al partir, el Principito se encontró con la región de los asteroides 324,326, 327, 328, 329 y 330 y los visitó con objeto de instruirse y de buscar trabajo. En los asteroides encontró una serie de personajes.

Un Rey vestido de púrpura y armiño el cual consideraba esencial que su autoridad fuera obedecida y respetada hasta el punto que cuando el Principito decidió marcharse de su planeta el rey dijo, te nombro mi embajador, pues quería dor ordenes para cada acción. El Principito exclamó: "¡Qué extraños son los adultos!"

El segundo planeta se encontraba habitado por un vanidoso que pensó tener en el Principito la visita de un admirador, aunque el Principito le hacia preguntas, el vanidoso sólo escuchaba las alabanzas y admiraciones.

El planeta siguiente se encontraba habitado por un borracho que bebía para olvidar que estaba avergonzado por ser un bebedor. Por lo que el Principito exclamó decididamente que las personas mayores son seres bastante extraños.

El cuarto planeta era de un hombre de negocios que decía tener mucho trabajo, ser un hombre serio y dueño de todas las estrellas. Las administraba, las contaba y las recontaba y escribía en un trozo de papel el nombre de sus estrellas y guardaba el papel en un cajón con llave.

El quinto planeta era el más pequeño de todos, tenía el espacio suficiente justo para un farol y el encargado de cuidarlo. El farolero le contó que su trabajo ahí era terrible que tenía que prender y apagar el farol a cada minuto y no tenía tiempo para hacer lo que más le gustaba: dormir plácidamente. El Principito pensó que éste si podría ser su amigo, pero no había lugar para él en el planeta, aunque le hubiese gustado quedarse para ver las mil cuatrocientas cuarenta puestas de sol al día.

El sexto planeta era diez veces más grande y estaba habitado por un geógrafo que era muy importante como para explorar y le pregunto al Principito cómo era su planeta y lo escribió en su gran libro, aunque no le importó su flor pues dijo que el no trataba temas sobre cosas efímeras. Al final el geógrafo le aconsejó visitar la tierra.

¡La tierra no es un planeta cualquiera! Hay en ella ciento once reyes, siete mil geógrafos, novecientos mil hombres de negocios, siete millones y medio de borrachos, trescientos once millones de vanidosos, lo que hace un número de dos mil millones de personas adultas.

El Principito aterrizó en África y habló con una serpiente, la cual le dijo que era más poderosa que el dedo de un rey y que era enigmática, porque ella resolvía todos loss enigmas.

El Principito cruzó el desierto sin encontrar mas que una flor con tres pétalos, el Principito le preguntó dónde estaban los hombres y ella respondió que existen seis o siete, que carecen de raíces y esto es una fatalidad para ellos porque el viento los pasea de un lado a otro.

Finalmente descubrió un camino y encontró un jardín de rosas y vio que todas eran semejantes a su flor y se sintió muy desgraciado, su flor le había asegurado que era la única de su especie en todo el universo.

Se encontró a un zorro, el Principito le dijo que jugara con él, pero el zorro le dijo que no podía porque

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