En La Diestra De Dios Padre

EN LA DIESTRA DE DIOS PADRE

DE TOMAS CARRASQUILLA

Se llamaba Peralta vivía en una casona muy vieja a las afueras del pueblo, no había en el pueblo quien no conociera a Peralta por su caridad el asistía a los enfermos, el enterraba los muertos se quitaba el pan de la boca y la ropa del cuerpo para dársela a los pobres y por eso estaba en la miseria, no era casado y vivía con una hermana soltera era algo vieja y muy aburrida que le daba cantaleta por la cantidad de limosneros y leprosos que mantenía en su casa la despensa de la casa daba tristeza permanecía tan vacía que hasta las cucarachas buscaron alojamiento a otra parte en una ocasión al caer la tarde llegaron a la casa dos peregrinos a pedir posada uno joven y un abuelo que brindaba mucho respeto los hizo seguir excusándose de q la pasarían muy mal porque no había ni un grano de sal ni una tabla de cacao con que hacerles una comidita y lepidio a su hermana que mirara haber si encontraba alguito en la despensa.

Hermana de peralta: huy que es todo esto. ¡ha por fin se le dio el milagrito a esto será mi Dios premiándole sus obras buenas, pues aprovechémonos.

Y diciendo y haciendo prepararon una tremenda comilona en el patio, y disfrutaban de las hermosas historias contadas por el joven y de las y de la inolvidable presencia de los peregrinos. Peralta se levanto temprano y no encontró a los peregrinos solamente una bolsa llena de monedas de oro sobre la mesa. Peralta salió corriendo como un loco en busca de los huéspedes para entregarles la mochila llena de monedas hecho andar cuestas arriba porque por allá habían cogido los peregrinos los hallo muy arriba.

Peralta: bueno señores aquí esta la bolsita que se les quedo

Peregrino joven(Jesús de Nazaret): siéntate amigo Peralta en esa piedra que tengo que tengo que hablar. Nosotros no somas tales peregrinos este es Pedro mi discípulo el que maneja las llaves del cielo y yo soy Jesús de Nazaret, no hemos venido a la tierra mas que aprobarte y en verdad te digo que te luciste en la prueba otro que no fuera tan cristiano como tu se guarda las monedas y se habría quedado muy tranquilo voy a premiarte el dinero es tuyo llévatelo y voy a darte adicional las cinco cosa que me quieras pedir, así que dinos que quieres.

Peregrino viejo (Pedro): hombre Peralta fíjate bien lo que vas a pedir y luego no vallas a salir con una buena bobada.

Peralta: por eso lo estoy pensando bueno su divina majestad lo primero que le pido es que yo gane en el juego siempre que me de la gana.

Peregrino joven(Jesús de Nazaret):concedido amigo Peralta.

Peralta: lo segundo es que cuando me valla a morir me mande la muerte por delante y no a traición.

Peregrino joven(Jesús de Nazaret):concedido Peralta.

Peralta: su divina majestad lo tercero que me has de conceder es que yo lo pueda detener al que quiera en el puesto que yo le señale y por el tiempo que me parezca.

Peregrino viejo (Pedro): el cielo Peralta pedid el cielo.

Peralta: por eso lo estoy pensando, la cuarta cosa es que su divina majestad me de la virtud de achiquitarme tanto como yo quiera hasta volverme tan pequeño como una hormiga.

Peregrino joven (Jesús de Nazaret): hombre Peralta todos me piden grandor y tu me pide pequinés. Pues bueno concedido.

Peralta: bueno su divina majestad antes de pedirle lo ultimo le quiero preguntar una cosa y usted me perdona su divina majestad porque si estuviese mal preguntado.

Peregrino viejo (Pedro): padre mío ilumínalo

Peregrino joven (Jesús de Nazaret): pregunta hijo lo que quieras y todo te lo contestare con mucho gusto

Peralta: Dios se lo pague su divina majestad yo quería saber si el diablo el que manda en el alma de los condenados o es usted o es el padre eterno.

Peregrino viejo (Pedro): hombre Peralta, no has pedido lo principal y solo te falta una cosa.

Peregrino joven (Jesús de Nazaret): yo y mi padre el espíritu santo juntos y por separado mandamos en todas partes pero al diablo le hemos entregado el mando del infierno es el amo de los condenados y manda en sus almas como mandas tu en las monedas que te he dado.

Peralta-. Pues bueno su divina majestad y así es voy hacerle el ultimo pedido. Yo quiero ultimadamente que su divina majestad me conceda la gracia de que el diablo no me haga trampa en el juego.

Peregrino joven (Jesús de Nazaret): concedido amigo Peralta.

Luego los dos peregrinos se esfumaron como por encanto, Peralta se dedico de lleno en el juego y por mas tramposos que se le presentaban ninguno podía ganarle porque siempre los pelaba y seguía gastando todo su dinero en las obras de caridad en el lote vecino construyo Peralta un hospital para atender a los enfermos ayudado por su hermana que se había vuelto parte de la sociedad del pueblo. Descansaba una noche Peralta cuando le llego la pelona.

Pelona (muerte): vengo por vos Peralta

Peralta: huyuyui, bueno, bueno pero me tienes que esperar mientras me confieso y hago el testamento.

Pelona (muerte): con tal de que no sea mucho tiempo porque ando de afán

Peralta: entretente aquí

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