Ensayo Sobre Tratamiento Hospitalario

Ensayo acerca del Tratamiento hospitalario

Hablando de enfermedades mentales es como si se hablara del demonio, la palabra trastorno mental o “enfermedad mental” ha sido satanizada por varios siglos hasta el presente. Sin embargo el tiempo y el pensamiento ha evolucionado y deja de lado el tabú para ofrecer un mejor servicio y tratamiento adecuado y no aquellos atroces tratamientos del pasado.

En cierto sentido es entendible que debido a la ignorancia, falta de equipo y pensamiento retrogrado que existía en esos tiempos, el tratamiento se limitaba a atroces trepanaciones, ensordecedores estruendos, brutales choques eléctricos (que aún, hoy en día se siguen manejando solo si existe la necesidad y con el material y equipo adecuado), dolorosas sangrías, exorcismos, y un sinfín de tratamientos. Pero gracias a la evolución de la ciencia y el pensamiento humano, se ha pensado en el aspecto físico y emocional del hombre, sin dejar pasar que la primer y máxima razón de la mejora, ha sido el descubrimiento y estudio de los trastornos mentales.

Gracias a esta gran evolución se puede ofrecer al enfermo tratamientos que vayan acorde a sus derechos humanos y sobretodo respectivamente al trastorno y/o enfermedad que padece. No obstante cabe mencionar, que todo esto se ha ido creando con el fin de ayudar y el bienestar del paciente, comenzando por la medicación y la hospitalización (ya alejada de todo tratamiento brutal).

Este cambio y alejamiento de todo tratamiento inhumano, nos habla de la sensibilidad generada y sentido humano hacia el prójimo, es decir, que se ve al paciente y/o enfermo como una persona, como un humano capaz de sentir y pensar, alejado en su mundo de fantasía o pendiente de la realidad y aún así con aquellas alteraciones y perturbaciones en su psique. Ya no es solo tratado como un objeto de estudio, si no que se le da el valor que requiere, se le trata como un igual aunque con sus debidas precauciones y medidas, pero siempre como una persona que necesita ayuda, apoyo y somos capaces de brindársela, con un trato digno y justo.

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