Ensayo de la novel Patas Arriba.

Ensayo de la novela

El libro de “Patas arriba: la escuela del mundo al revés” de Eduardo Galeano nos muestra nuestra realidad, y lo complicado de la situación. Estamos influenciados a actuar de cierta manera por una ideología que está presente alrededor del mundo; y si por alguna razón, a uno de nosotros se nos ocurre actuar diferente a lo que nos enseñaron desde niños, vamos a ser atacados  y criticados de todas las maneras posibles para obligarnos a volver a hacer lo que se estaba haciendo, aunque esto implique actuar de forma deshumanizada.

La ideología nos dice que es apropiado matar a la población de otros países o ciudades sin ninguna razón lógica, cometer injusticias a diario, premiar el delito y promover que se siga cometiendo, aniquilar a la naturaleza para construir empresas más poderosas y ricas, endeudarnos en un sistema capitalista que no le importa NADA mientras vendan todos sus productos, aceptar la corrupción, que cada vez es por montos mayores, más frecuente y desvergonzada, y practicar el racismo y machismo. Y lo que menos importa es si uno está  o  no de acuerdo con estas prácticas porque la ideología dice ¡hay que hacerlo!

Y la facilidad que tiene  la ideología para cumplir con estas proposiciones es gracias al discurso; que está bien planteado y nos hace creer que esto es lo correcto y que al cumplir con todo lo que la ideología estipula vamos a mejorar el mundo en que vivimos, sin darnos cuenta que estamos haciendo todo lo contrario. Pero si el discurso no surte efecto, se poseen los aparatos represores que por medio de la violencia silencian las ideas del que trate de huir. Dentro de los aparatos ideológicos, que están bajo el aparato represor de Estado; tenemos a los medios de comunicación, que como dice el libro: “A través de los medios masivos de comunicación, los dueños del mundo nos comunican la obligación que todos tenemos de contemplarnos en un espejo único, que refleja los valores de la cultura de consumo” (Galeano, 1998). En este fragmento del libro, se ve la ideología actuando al contemplarnos como un único tipo de ciudadano  porque ella busca la homogeneidad y además nos impone por los medios de comunicación los valores necesarios para comportarnos como una cultura de consumo.

Otro aparato ideológico del estado es la educación, que se encarga de insertar en los niños y jóvenes la única memoria que la ideología permite, bajo esta memoria se olvidan crímenes y se proveen coartadas para el discurso ideológico. Dice que: “La impunidad exige la desmemoria” (p. 34).

Con respecto a la economía que también nos reprime, podemos ver en el siguiente fragmento donde claramente estamos regidos por un sistema que nos controla a su gusto y conveniencia; y nos obliga a actuar bajo la ideología que ellos imponen sin importar la situación del mundo en este momento. Este fragmento dice: “La razón del mercado impone sus dogmas totalitarios, que Ignacio Ramonet llama globalitarios, en escala universal. La razón se hace religión, y obliga a cumplir sus mandamientos: sentarse derechito en la silla, no alzar la voz y hacer los deberes sin preguntar por qué. ¿Qué hora es? La que usted mande, señor.” (p.159).

Pero el aparato ideológico más cercano del aparato represor es la policía, en el texto no se habla mucho de su función represiva, ya que se critica más por su ineficiencia y corrupción. Pero es tema que si se trata abundantemente es el miedo hacia la inseguridad y los múltiples aparatos tecnológicos que nos ofrecen un poco más de seguridad,  a pesar de que nos condenan a vivir presos del miedo y vigilados todo el tiempo. De esta forma podemos ver que no necesariamente es la policía quien nos controla y nos obliga a seguir el camino que la ideología traza, sino que hay otras formas más novedosas que se están imponiendo en el mundo actual y que le están quitando la función represiva a la policía. Es un cambio de aparato ideológico, pero no un cambio de función porque seguimos estando vigilados e inclusive ahora nos vigilan más que antes.

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