Ensayo sobre exclusion.

Colegio Alvernia

Isabella Monsalve

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Exclusión social: nuevas alternativas, más participación.

En primer lugar, preguntémonos  ¿Qué es la exclusión? Esta palabra proviene del latín exclusio, hace referencia a la acción o efecto de excluir, es decir, quitar a alguien o algo de un lugar, rechazar, descartar y negar posibilidades. También es entendida como un proceso mediante el cual personas o grupos son total o parcialmente marginados de una participación plena en la sociedad en la que viven, debido a la carencia de derechos, recursos y capacidades básicas. Tal proceso da lugar a diferentes ámbitos económico, político, social así también como en el entorno educativo, laboral, familiar, escolar y comunitario.

De tal modo, la exclusión social debería contar con el apoyo por parte del gobierno e implementar ciertos mecanismos a nivel político y social para aquellos marginados y todas las personas de la sociedad y así promover una mejor calidad de vida.

Por otro lado, quiero dar énfasis en los problemas que se han dado con las personas marginadas pues estas personas no poseen recursos y acceso a sus necesidades básicas como el agua potable, viviendas seguras, salud e higiene, educación y trabajo. Por lo tanto, quedan por fuera del grueso de la población y deben garantizar sus vidas en torno a grandes ciudades, en viviendas improvisadas e inseguras, con un alto nivel de delincuencia y falta de atención sanitaria. Por este motivo, es necesario afirmar que la exclusión hoy en día es un fenómeno social y una cuestión política, económicamente mala, socialmente inestable y políticamente explosiva.

Ahora bien, para disminuir la exclusión social entre todos los seres humanos radica que la educación tanto académica como en los valores genere tolerancia mutua, integración, aceptación, entre otros. A este proceso también contribuyen la realización de campañas, subsidios y ayudas humanitarias, lo que corresponde a una gestión ética que debe ir liderada por la nación.

Debemos tener en cuenta que dicha gestión ética del desarrollo debe partir de la asignación y uso eficiente de los recursos y la regulación estatal junto a la participación social. El ser humano debe ser el centro del desarrollo. Sin embargo, el creciente fenómeno de la globalización aun no muestra su rostro humano y hasta el momento ha creado mayor exclusión. De cara a superar las condiciones de exclusión social, la gestión del desarrollo tiene que apuntar al ser humano en su integridad como centro del modelo y alcanzar su bienestar.

Ya he señalado antes que, el gobierno debe implementar ciertos mecanismos tanto político y social. A nivel político es necesario que las naciones desarrollen programas que fomenten el goce de las libertades, democracia y acceso al desarrollo humano. Dentro de éstos tenemos algunos encaminados   a promover una educación de calidad para toda la población y generar empleo; crear subsidios alimentarios y de vivienda, brindar bienestar y asistencia para aquellas personas discapacitadas, así como a individuos que padecen de enfermedades psicológicas; abrir más centros de rehabilitación, poner en marcha campañas de solidaridad con los más pobres, brindar más y mejores oportunidades de empleo; la disolución de monopolios y el fomento a la creación de empresas, con ello se mejora el ingreso de los más desfavorecidos, haciendo una sociedad menos segregada; busca la desmovilización de grupos armados ilegales y su correcta inclusión a la sociedad, permitiendo tanto a desmovilizados como a víctimas la participación en la producción, distribución y consumo de la riqueza que facilita la plena satisfacción de sus necesidades materiales.

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