Escribir En La Escuela Primaria
Enviado por ppdebalancan • 30 de Agosto de 2014 • 1.277 Palabras (6 Páginas) • 237 Visitas
Sin duda, la mejor de las herramientas para el aprendizaje es saber leer y escribir.
Saber leer y escribir implica procesos que se van desarrollando en cada uno de nosotros a través del tiempo, con el uso y, me atrevería decir, por el gusto de usarlos.
Pero, ¿cuál es la realidad?
En cuanto a la lectura: según la Encuesta nacional de lectura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, en nuestro estado de Tabasco, el porcentaje de lectores que por lo menos han leído un libro es del 18.8%; el porcentaje de libros leídos en la población tabasqueña es de solo 0.46% al año contra el porcentaje de personas que tienen más de 10 libros en casa correspondiendo al 28.4%. Se podría pensar que el acceso a los libros podría ser un detonante para estos resultados, aunque la realidad es que nuestro estado ocupa el tercer lugar con bibliotecas en el país con 563, por debajo del Estado de México y Puebla con 664 y 608 respectivamente.
Leer por gusto es en realidad uno de los objetivos que desde hace muchos años se espera hagamos todos en la escuela (o prefiero decir, en la etapa escolar). ¿Por qué? Es en los años en los que estamos en la escuela cuando más se da la lectura y es la oportunidad para fomentarla. Aunque, de todos sabidos es que en la escuela se lee porque se debe leer. Por obligación.
No es de admirar que haya niños que tengan el gusto por la lectura si, al preguntarles o indagar, encontramos que viven en un ambiente lector, es decir, hogares en el que la práctica de la lectura es algo cotidiano.
Pero para hacer que en mi práctica docente, las condiciones mejoren en relación a la lectura, debo tomar en cuenta:
1. El ejemplo. Nada enseña más que el ejemplo. Mostrar a los niños que leer es un hábito y hacerlo con gusto.
2. Leer a los alumnos, en voz alta –como una actividad permanente–, cuentos, novelas u otros materiales apropiados para su edad, procurando que sea una experiencia placentera. Seleccionando de manera apropiada los materiales para leerle a los alumnos, y que les resulten atractivos, sin castigarlos e interrogándolos fuertemente sobre el contenido de los textos.
3. Leer con propósitos diferentes: buscar información para realizar un trabajo escolar, satisfacer la curiosidad o divertirse, son algunos ejemplos.
4. Organizar la Biblioteca del salón o de la escuela para promover que los alumnos tengan acceso a diversos materiales de su interés. Clasificar los libros, identificar el tema y qué características les son comunes a varios títulos, es una actividad para realizar más de una sola vez. Contar con una biblioteca organizada ayuda en las tareas de búsqueda de información y en la ubicación de un material en particular.
5. Procurar y facilitar que los alumnos lleven a casa materiales para ellos y sus familias; con esto, además de identificar sus propios intereses de lectura podrán situarse en la perspectiva de otros, porque prever y sugerir libros puede interesarles a sus padres o hermanos.
6. Organizar eventos escolares para compartir la lectura y las producciones escritas de los alumnos. Por ejemplo, una “feria del libro” en donde los alumnos presenten libros con interés particular; lecturas dramatizadas o representaciones teatrales.
7. Anticipar de qué tratará el texto y hacer un recuento de lo que los alumnos saben sobre el tema. A partir del título, palabras clave, ilustraciones y formato, que los alumnos pueden reconocer el tema que aborda un material escrito (libro, volumen de enciclopedia, diccionario, cuadernillo, revista, etcétera), compartir la información previa con que cuentan y comentar y formalizar los nuevos conocimientos con la lectura.
8. Predecir acerca de lo que va a tratar un texto después de la lectura de un fragmento (cómo seguirá después de un episodio, de un capítulo o de una sección, cómo acabará la historia, etcétera), solicitando las razones de la predicción.
9. Construir representaciones gráficas a través del dibujo, diagramas o dramatizaciones que les posibiliten entender mejor el contexto en que se presentan los acontecimientos de una trama o tema del texto leído.
10. Hacer preguntas que los ayuden a pensar sobre el significado del texto, a fijarse en pistas importantes, a pensar sobre las características más relevantes o a
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