¿Existe alguna relación entre Don Carlos y el Mio Cid?

¿EXISTEN SIMILITUDES ENTRE DON CARLOS Y EL MIO CID?

La literatura española, una de las más famosas e influyentes del mundo, ha sido la encargada de despertar emociones y sentimientos en sus lectores con sus exquisitas obras que son fiel prueba de la calidad literaria hispana; Todo este universo del arte de las letras español comenzó oficialmente en 1140 con la composición del “Cantar del Mio Cid”, y siete siglos más tarde en 1801, Leandro Fernández de Moratín escribió “El sí de las niñas” para darle vida por primera vez en 1806.

Ahora bien, al comparar Rodrigo Díaz de Vivar del “Cantar del Mio Cid” y a Don Carlos de “El sí de las niñas”, es posible identificar varias similitudes. La primera que se encuentra, es que ambos son de origen español y son conocidos con otro nombre que no es el de pila: A Díaz de Vivar se le conocía como Cid el Campeador desde que el Rey Almutamiz del Reino de Sevilla lo llamó así en agradecimiento por haber vencido al Rey de Granada llamado Almudafar, y Don Carlos era conocido por Doña Francisca y por Rita como Don Félix de Toledo ya que él se presentó con este nombre en la casa del intendente de su regimiento en Guadalajara cuando se conoció allí con Doña Paquita para que Don Diego (su tío) no se enterase de aquella noticia.  Tanto el Campeador como Don Carlos tenían una persona a la cual debían rendirle respeto por estar, en cierta medida, bajo su amparo: El Rey de Castilla Alfonso VI y Don Diego, tío de Don Carlos.

La siguiente similitud encontrada entre el Cid y Don Carlos es su profesión ya que ambos pertenecían al ejército pero en diferentes rangos, el primero tenía el grado de caballero cristiano mientras que el segundo era teniente; Además ambos habían estado en batallas y combates: El Cid combatió en Granada, Alcocer, Altañiz y en Valencia, y por otro lado, Don Carlos combatió en la última guerra que se había presentado en aquél entonces y se dirigía al regimiento de Zaragoza.  

Existe un momento de gran importancia entre ambas historias: En el “Cantar del Mio Cid”, El Rey Alfonso VI aunque estimaba a su vasallo, se dejó llevar por comentarios malintencionados y por ello desterró al Cid; Rodrigo Díaz abandonó Vivar, a su esposa Doña Jimena y sus dos hijas Doña Elvira y Doña Sol, y se dirigió a Burgos donde no fue acogido. En “El sí de las niñas” ocurre algo similar: Cuando Don Diego descubre a su sobrino en la posada donde él se encontraba antes de irse a Madrid para su boda con Doña Paquita, le pide a Don Carlos una explicación del porqué se encontraba allí siendo que debería estar en su regimiento en Zaragoza. Aunque el verdadero motivo de su visita era el de encontrarse con Doña Francisca para impedir la boda, Don Carlos dijo que tan sólo había sido una ligereza por no haberle pedido permiso antes porque deseaba estar en compañía de él algunas semanas para volver a su regimiento feliz de haberle visto. Don Diego, poco convencido del argumento de su adorado sobrino y enfurecido por su falta de disciplina militar, le ordenó marcharse inmediatamente rumbo al regimiento asignado; Por tanto, Don Carlos debía abandonar a la mujer de su vida en manos de su tío. El paralelo existente entre las dos historias, es el destierro por parte de una figura de autoridad y superioridad de una manera agresiva e impulsiva, que trae como consecuencia el abandono de mujeres que aman.

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