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Fiesta Brava


Enviado por   •  2 de Junio de 2014  •  4.583 Palabras (19 Páginas)  •  354 Visitas

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Fiesta brava o fiesta de las corridas de toros tan antigua y tan actual, que cuando me contaron la serie de simbolismos algunas personas muy arraigadas a esta fiesta, quedé maravillado.

Un cronista de toros de México me invitó a una cena con algunos matadores famosos y aquello se convirtió en una magnífica velada por lo interesante de los comentarios.

Me explicaron la diferencia que para los toros es el morir en el rastro y morir en la plaza de toros y que desde que nacen, a esos toros se les prepara para ser “lidiados” en la fiesta brava.

La vida de esos toros en la ganadería en que nacen, contiene un tipo de “enseñanza” que culminará en el “ruedo”, en la muerte o en el indulto.

Mencionan que en las horas anteriores a la “lidia, se mantiene al toro en una especie de oscuridad para que nada le moleste y cuando debe ingresar al ruedo se guiará por la luz que aparece en la puesta de “toriles” y a ella se dirigirá con decisión.

Unos metros antes de integrarse al ruedo se le encaja un “rejón” que contiene un listón de un color determinado que solo es usado por la ganadería que crió a ese toro.

Una vez que entra al ruedo, maravillado y deslumbrado por la luz que ha seguido lo reciben con “capotes” los integrantes de la cuadrilla del torero o matador para entender la forma de “embestir” o cómo entra al engaño de los capotes.

Inicia entonces el matador lo que se llama el primer tercio, citando al toro con su capote, y luciendo la embestida del toro, y la habilidad del matador, que si es aceptable se premia con el “ole” de los espectadores.

Dicen que este primer tercio simboliza para el ser humano la alegría juvenil, cuando intenta con su alegría, recorrer terrenos, aunque peligrosos, debe vivirlos durante la búsqueda de su futuro.

El segundo tercio se inicia con el ingreso al ruedo de los “picadores” que montados a caballo van a utilizar una vara con punta acerada y que “en lo alto” van a tocar la columna vertebral del toro en la parte central entre el pescuezo y el cuerpo.

Dicen que un toro que tiene “casta”, va a “empujar” la vara con tal fuerza, que quizás derrumbe a picador y caballo, y mientras siga “empujando” demuestra que si es un toro de “casta”.

Acto seguido entra en acción un elemento de la cuadrilla del matador que se denomina “banderillero”, que se va a encargar de colocar dos maderos adornados con papel de colores y que en la punta tienen un rejón para que se mantenga en la piel del toro.

Dicen que como el toro ya demostró que posee “casta”, es importante que no lo olvide y de eso se encargan las banderillas.

Esta “suerte” es comparada con los golpes que recibe una persona más allá de la juventud y que debe aprender a superar a costa de lo que sea para triunfar en la vida.

El último tercio de la “lidia” se realiza con la “muleta” y en este tercio, toro y torero se enfrentan directamente, ya solo son ellos dos y de lo que ocurra dependerá el final de la “lidia”.

Esto es comparado con la vida profesional de una persona, cuando dicha persona enfrenta los problemas con cierta soledad, y como los resuelva, va depender si triunfa o fracasa.

En este tercer tercio es cuando han ocurrido las tragedias en el ruedo y suele suceder que si la actuación del toro es especial, mostrando “casta y bravura”, el premio para él será el indulto.

De otra forma, si el matador muestra sabiduría y profesión, el premio es la muerte del toro y una o las dos orejas y hasta el rabo le son entregados por la faena exitosa.

Desde luego que aquí solo he narrado parte de esos simbolismos por razón de espacio, pero fueron tantas tertulias, que desde entonces me maravilló la fiesta brava.

Como en todas las actividades del ser humano, quizás la fiesta brava sea muy criticable, pero creo que vale la pena conocer su historia y la causa de su trascendencia en el mundo.

Tauromaquia

Taurocatapsia en la Creta minoica.

La tauromaquia (del idioma griego ταῦρος, taūros 'toro', y μάχομαι, máchomai 'luchar') se refiere a todo lo relativo a la práctica de lidiar toros, tanto a pie como a caballo, y se remonta a la Edad de Bronce. Su expresión más moderna y elaborada es la corrida de toros, un espectáculo que nació en España en el siglo XII y que se practica también enPortugal, sur de Francia y en diversos países de Hispanoamérica, como México, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador yCosta Rica. Es también espectáculo de exhibición en China, Filipinas y Estados Unidos. Las corridas de toros han despertado vivas polémicas desde sus mismos comienzos entre partidarios y detractores.

En sentido amplio, la tauromaquia incluye además todo el desarrollo previo al espectáculo como tal, desde la cría del toro a la confección de la vestimenta de los participantes, además del diseño y publicación de carteles y otras manifestaciones artísticas o de carácter publicitario, que varían de acuerdo a los países y regiones donde la tauromaquia es parte de la cultura nacional

Esta actividad tiene antecedentes que se remontan a la Edad de Bronce, y se ha desarrollado a lo largo de siglos como una forma de demostración de valentía, al estilo de algunas tribus que aún practican ritos de paso de la niñez a la edad adulta.

En la antigua Roma se presentaban espectáculos con uros (raza bovina extinta) que eran arrojados a la arena del circo para su captura y muerte por parte de algunos representantes de familias nobles, quienes mostraban así sus dotes de cazadores. También se arrojaban en manadas a los cristianos durante las ejecuciones públicas efectuadas en la época de la persecución; y además, se utilizaba a estos animales durante los enfrentamientos de gladiadores como entretenimiento adicional.

Edad Media[editar]

En época medieval comienza la práctica taurina del lanceo de toros, a la que se sabe eran aficionados Carlomagno, Alfonso X El Sabio y los califas almohades, entre otros. Según crónica de la época, en 1128 «...en que casó Alfonso VII en Saldaña con Doña Berenguela la chica, hija del Conde de Barcelona, entre otras funciones, hubo también fiestas de toros.»1 2

Estos espectáculos se presentaban en plazas públicas y lugares abiertos como parte de celebraciones de victorias bélicas, patronímicos y fiestas, con el consecuente riesgo que esto suponía para los espectadores (Goya ha retratado una de estas tragedias en su obra sobre la muerte del alcalde de Torrejón, arrollado y corneado por un toro).

Los primeros tratadistas dieron por buena una creencia popular y pensaron que los moros de España fueron los primeros en utilizar sus capas como instrumento de distracción durante

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