GUIA MARTIN RIVAS
Enviado por ruty2013 • 24 de Mayo de 2013 • 504 Palabras (3 Páginas) • 984 Visitas
Séptimo
GUÍA DE VOCABULARIO CONTEXTUAL – MARTÍN RIVAS
1. Inspirado tal vez por la triste catadura del joven.
2. Formada en su conjunto una belleza ideal, de la que hacen bullir la imaginación de los jóvenes.
3. Una riña de pugilatos se trabó entonces entre ambos.
4. La fisonomía de esta niña revelaba, además, cierta languidez…
5. Después del té, la tertulia, volvió al salón…
6. Contestó con enfado la señora, indignada del prosaico cálculo de su marido.
7 - 8 exclamó, atusándose su bozo…dijo a Leonor con una mirada altanera…
9. Pero no convengo en que le suponga tanto valimiento para que no fuese a fijarse en él.
10. En las que encuentra un pasatiempo para disipar el hastío de la indiferencia.
11.- 12 Bordados de colores, por alguna prolija, es de un mérito elocuentísimo.
13 - 14. - 15 Ostentando una gruesa cadena de reloj con la que esperaba subyugar a la desdeñosa Adelaida.
16. Se hallaba atacado de una fuerte pulmonía. La violencia del mal era tan grande, que en tres días le arrebató la vida…
17 – 18. Era la noche de 21 de agosto y la conversación rodaba sobre los rumores propalados desde la víspera de que Santiago sería declarado en estado de sitio.
19 - ensayando el poder de su voluntad en la lid amorosa…
20 - 21. Después de unos momentos de perplejidad, que empleó en observar a través de la puerta de la antesala, que no estaba cerrada herméticamente.
22 ¿No tiene confianza en mí?-dijo, renovando su ademán de apoderarse de una mano de Adelaida…
23. exclamó Agustín, como iluminado por un rayo súbito de esperanza.
24. Luego cambió insensiblemente de asunto y habló de música, de sus estudios en el piano y de las piezas más en boga.
25. Amador veía que el asunto iba tomando un sesgo peligroso.
26 -27 - 28 Se lanzaba Martín al campo inmenso en que los amantes desdeñados aspiran el acre perfumado de las pálidas flores de la melancolía.
29 – 30 – 31 – 32 Ella demasiado orgullosa para dar el primer paso; él demasiado irreverente para subir el pedestal en que colocaba a su ídolo; y ambos suspiraban. Y en esos momentos de abatimiento, en el que el corazón divisa la esperanza como un miraje.
34. yo hablaré ahora mismo con la señora y trataré de apaciguarla.
35 - 36. sus leyes, además, no pueden impunemente burlarse en la vida, y a quien no le guarde en su fe, no puede guardarle el porvenir más que lágrimas y desconsuelo.
37 - 38. Leonor no había ofrecido al joven ninguna ocasión de renovar las escenas de reticencias en que algunos enamorados campean por cierto tiempo antes de dar el ataque decisivo.
39. abría un nuevo campo a las especulaciones de don Dámaso
40. Su nombre solo habría bastado para
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