Galdós y el neoclasicismo irónico: nombres y actitudes en Doña Perfecta
Enviado por aliescante • 23 de Mayo de 2023 • Trabajo • 1.415 Palabras (6 Páginas) • 75 Visitas
Galdós y el neoclasicismo irónico: nombres y actitudes en Doña Perfecta.
Por José Fernando Castillo Mejía
De manera general –y más adelante, particular- comienzo por dar un esbozo de los pasos a seguir en el proceso de la realización de este análisis encontrado con ensayo, en el cual me valdré de algunas herramientas y teorías que se habrán de conjuntar para llegar a un fin en específico ideado, para tales efectos, se utilizará la teoría de la literatura comparada, la cual es referida en su mayoría en los estudios de Luz Aurora Pimentel, en el texto “Tematología y transtextualidad”; también será utilizado el estudio que realizara Claudio Guillen sobre esta teoría, en el libro Entre lo uno y lo diverso: introducción a la literatura comparada (ayer y hoy), con el fin de complementar y dar consistencia a la teoría a emplear. Del mismo modo, se realizará una revisión de los tipos de transtextualidad que Genette propusiera, para descartar en la medida de lo posible, las relaciones que se pudieren llegara tener en cuanto a la codependencia de los textos.
Para llevar a cabo lo anterior es necesario en una primera instancia recurrir a una metodología que facilite dicha intención. Así pues, en lo que refiere a la metodología que se empleará, se ha optado por hacer un análisis estructural de las obras, a saber Doña Perfecta de Benito Pérez Galdós y el grueso de la tradición griega de las obras cl´sicas, apoyándonos, principalmente en la Ilíada y la Odisea de Homero. Finalmente, se han de contrastar Doña Perfecta y las obras homéricas. En lo que comprende al análisis estructural de las obras, éste se enfocará, principalmente en la caracterización de los personajes en relación con los nombres o epítetos que los autores les conceden, además de dejar en claro las relaciones que lo conforman. Siendo así, este tipo de análisis precisará de dos partes en concreto las cuales son, por un lado, el análisis, es decir, el estudio de los elementos específicos que constituyen un texto, del modo en que están organizados con cada uno de los elementos. Es fácil ver pues, que se requerirá de un método estructuralista, con el que se pueda comprender de mejor manera en un texto, qué dice y cómo dice lo que dice.
Por otro lado, se hará un análisis de las estructuras que fueron más significativas en el primer paso; en cierta medida a manera de relación entre sus partes. Esto de nueva cuenta plantea el uso del estructuralismo pero desde una visión de la semiótica, de modo que se pueda obtener un panorama de lo que se estudia, con lo cual se comprenda el por qué […] [la obra] dice lo que dice (y no otra cosa), el por qué lo dice de ese modo (y no de otro), es decir que el resultado sea la interpretación[1].
El proceder de este método es deductivo y consiste en identificar las unidades suyas, y describirlas en tanto su interrelación funcional, lo que se consideraba adecuado para lo lingüístico. Como se ha mencionado las estructuras tienen una relación entre –y en- sí con los demás elementos que la rodean y de la que forman parte. Aunque siempre es necesario, para cualquier análisis extructural de untexto analizar los niveles fónico-fonológico, morfosintáctico y léxico-semántico, nos habremos de centrar en este útlimo (no sin ayuda de los otros) pues es el que más compete a los fines que perseguimos, ya se ve, un análisis onomástico y su sentido en el grueso del texto.
Es ahora necesario definir éste nivel léxico-semántico. Es quizá el nivel donde se encuentran las mayores dificultades, dado que es el de la significación, aunque también por lo mismo, es el que más acerca a una comprensión del texto. Es aquí donde se analiza lo que dice el poema y cómo dice lo que dice. En las palabras de la autora:
Se intenta entender que dice el poema, qué queda dicho en él, pero, como esta lectura se basa en los pasos de análisis previos, en realidad se va comprendiendo qué dice el poema y como lo dice. El poema siempre dice explotando algunos filones de retórica (y otros no). Cuáles vetas retóricas son explotadas, depende tanto de las convenciones literarias vigentes, como del papel que el poeta cumple en la lucha entre tradición e innovación, entre lo institucional y lo que transgrede y renueva; pero el poema siempre pone en juego un lenguaje figurado, un lenguaje constituido por figuras que afectan a distintos niveles lingüísticos del texto[2].
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