Hansel y Gretel, los reyes de los dulces

Hansel y Gretel, los reyes de los dulces.

Dos pequeños hermanos llamados Hansel y Gretel, que vivían en una cabaña cercana al bosque, deciden un día aventurarse en el, para buscar aquella casa que se decía estaba hecha de caramelo.

Pasaban los días, y no podían encontrarla, hasta que una noche, observan que a lo lejos se ven luces de todos los colores. Los dos pequeños saltan de sus camas y se adentran en el bosque, siguiendo aquel espectáculo de luces, al llegar al lugar se encuentran con que era una casa enorme hecha de caramelo. Los niños, que estaban escondidos detrás de un arbusto, observan que la puerta principal era de un color rojo, pensaron que podría ser de sabor frambuesa. Como manija había una caramelo gomita de color verde, con lo que dedujeron que sería sabor pera. Los dos niños, lentamente van saliendo de su escondite y se acercan a una de las ventanas que daba hacia la concina.

Al mirar por la ventana, ven a una horrible bruja: era petiza, tenía las patas como alambre y una barriga muy grande, sus pelos parecían hechos de virulana, sus ojos eran inmensos y de un color negro muy profundo; en su cara no había lugar que no tuviera granos, y en su cabeza tenía un sombrero extraño, con un nido de pájaro. No era cualquier pájaro, era el hogar de su mascota, el cuervo, Vorecu.

Los niños ven como la bruja prepara algo viscoso en su marmita, que luego lo pone en unos moldes con formas de animales y los lleva a la heladera. Luego de unos minutos los saca, los desmolda, y aparecen animales de gelatina. En una olla que tiene en el fuego, va preparando otra poción, la cual despide un olor a frutilla. Así caliente la va poniendo en moldes que llevan un palito en el centro, al enfriarse los saca ya convertidos en chupetines de frutilla.

Los hermanitos observan que la bruja extrae sus recetas de un gran libro de diversos colores, entonces se les ocurre sacárselo, y así poner una fábrica de caramelo y poder ayudar a su familia, ya que eran demasiado pobres.

A Hansel se le ocurre una idea. Gretel tendría que distraer a la bruja, golpeando la puerta grande de caramelo de frambuesa, mientras el entra por la ventana y saca el libro de recetas.

Gretel hace lo que Hansel le pide, mientras que él se escurre por la ventana, toma el libro y vuelve a salir. Escapa por el bosque, pero no se da cuenta que ha dejado a su hermana charlando con la bruja. Entonces decide volver a buscarla y para su sorpresa encuentra a Gretel tomando el té con la bruja, ella le cuenta a su hermano que le había dicho a la bruja lo sucedido, y que la misma accedió ayudarlos. Entonces Hansel con un poco de vergüenza devuelve el libro que había tomado de la cocina, y le pide perdón.

Hasta el día de hoy las golosinas que conocemos, son hechas por los hermanos Hansel y Gretel, con ayuda de un poco de magia. Gracias a la bruja aprendieron el arte de hacer caramelos de todos

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