Harvey Angel

Había una vez un niño huérfano llamado Henry que vive en una casa donde todos los cuartos se alquilan. La casa es de la tía Ágata. A Henry le daba pena que sus amigos vieran que vivía en una casa que así porque se iban a reír de él. Un día empezó a escuchar que un señor de 1.60 m y más de 50 kilogramos de peso entro a la casa para ver si podía rentar el cuarto vacío, pero la tía Ágata había puesto reglas de que si pasaban de 1.60 y 50 kilogramos no podían rentarlo, pero como el señor era dulce si se lo rentaron. Todas las noches el señor, llamado Murgatroyd tenía sueños emocionantes así que se paraba siempre y chocaba con el techo. Él era pastelero así que siempre llevaba bollos, entonces comían más porque la tía Ágata solo les daba una rebanada de pan con mermelada. Un día dejó de alquilar el cuarto y todos lo extrañaban y extrañaban sus bollos. Henry siempre llegaba con hambre a la escuela y no podía parar de pensar en comida en clase, además siempre tiene las ganas de llegar y decirle a la tía Ágata que le sirva pechugas, hamburguesas, arrachera, etc. Siempre se lo ha imaginado también que le contesta sí señor, claro señor, con mucho gusto señor.

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