Hernán Cortés y La Malinche

Hernán Cortés y La Malinche

Viajemos a una época en donde recién comenzaban los descubrimientos en América, donde Hernán Cortés, conquistador español, daba los primeros pasos para la conquista de México y la rendición del Imperio Azteca. En el siguiente trabajo investigativo conoceremos la historia de Hernán Cortés y La Malinche, Hernán como pilar principal en la conquista de México y La Malinche, quien por amor y en busca de libertad se convirtió en aliada de Cortés para facilitar la conquista. Conozcamos la historia de estos personajes y cómo se cruzan sus vidas.

Proveniente de una familia de hidalgos, Hernán Cortés nació en el año 1485 en Medellín España, región hoy conocida como Extremadura. Sus padres eran Martin Cortés y Catalina Pizarro. Era muy consentido por su madre, mientras que sentía que su padre lo aguantaba de las grandes aventuras. Nunca se lo dijeron, pero él siempre tuvo la sospecha de que decepcionaba a sus padres por su corta estatura, ya que esto le prohibía para formar parte de una orden de caballería o un ejército. Siendo así, a los 14 años comenzó a estudiar leyes en la prestigiosa Universidad de Salamanca donde aprendió el latín, pero la abandonó en corto tiempo. Para aquella época las noticias de los nuevos descubrimientos estaban llegando a España y Cortés sintió fascinación por esto. Quería probarle a su madre que no era tan débil e incapaz como ella creía y que no necesitaba mucha formación para tener riqueza y poder.

A la edad de 19 años se mudó a Santo Domingo donde se estableció. Allí comenzó su vida llena de aventuras y búsqueda de riquezas. Ayudó a conquistar el resto de La Española y fue debidamente recompensado por ello. Para el 1511 viajó a Cuba como parte de la tripulación de Diego Velázquez. Estando allá contrajo nupcias con Catalina, la hermana de Vázquez, y tras esto fue nombrada alcalde de la nueva ciudad de Santiago. Más tarde en 1518, fue enviado a realizar una expedición a Yucatán. Tras problemas en su relación con Catalina, este no le inspiraba confianza a su cuñado, quien decidió despedirle de su cargo sin antes avisarle. Cortés fue una figura importante en la conquista y colonización de México.

Por otro lado, entre los años 1496 y 1505 en el Valle de México, cerca de la Península de Yucatán, en un pueblo llamado Nahua, nació una india llamada Malinalli. Fue la primogénita del Tlatoani Painalá. La nombraron Malinalli por haber nacido en el tercer carácter, de la sexta casa. Era también conocida como Malintzin, Malinalli o Doña Marina. Fue recibida por los brazos de su abuela paterna, quien se encargó de cuidarla, protegerla y brindarle afecto. Según su tradición fue la abuela la que bautizó a Malinali y le pidió a la madre de la niña que le permitiera educarla. Gracias a las enseñanzas de su abuela, Malinalli creció con herramientas suficientes para adaptarse a los dramáticos cambios a los que se enfrentaría. Desde pequeña mostró ser brillante y adquiría destrezas rápidamente. A temprana edad poseía un lenguaje variado y completo. Desarrolló destrezas para dibujar y códices mentales para ejercitar el lenguaje y la memoria. Tras la muerte de su padre, su madre volvió a casarse y como producto de ese matrimonio tuvo un varón al que designaron como heredero de todas sus posesiones, al momento que decidían deshacerse de Malinalli. Su madre la vendió a unos mercaderes, quienes luego la vendieron como esclava a otros comerciantes mayas. Estos luego la vendieron al señor de Potonchán para luego ser entregada como recompensa a Hernán Cortés y es aquí donde comienza su historia.

Para el 1519, Cortés estaba iniciando sus pasos para lograr su objetivo, la conquista de México. Se encontraba en Tabasco, cerca del Golfo de México donde salió victorioso de una batalla en Centla, municipio perteneciente a Tabasco. Tras dominar la batalla, los caciques le recompensaron con oro, mantas, alimentos y además le entregaron 20 doncellas, que según Rosa Montero en su ensayo titulado “Hernán Cortés y La Malinche” Entre esas 20 indias se encontraba una muy especial y con un don único.1 Jamás imaginó que una de esas doncellas que recibió como recompensa se convertiría en una pieza importante y que le serviría de gran ayuda en la conquista de México. Rosa Montero describe en su ensayo a Malinalli como una india muy respetada, inteligente, y que conocía muy bien las costumbres y tradiciones de su tribu.2 Con el propósito de conquistar, Cortés pretendía lograr acuerdos y negociar con los aztecas y eso sólo podía lograrlo a través del diálogo, cosa que no le resultaría muy fácil, pues no dominaba el náhuatl, lengua oficial de los aztecas. Aquí es donde entra en escena La Malinalli. Debido a que el náhuatl era su lengua natal y además dominaba la lengua maya, Cortés la convirtió en su intérprete

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