Importancia De La Lectura
Enviado por clau99 • 28 de Febrero de 2014 • 1.848 Palabras (8 Páginas) • 451 Visitas
IMPORTANCIA DE LA LECTURA
La lectura continúa siendo una de los principales recursos para enterarse de los conocimientos que la sociedad produce y se constituye como uno de los principales instrumentos para incursionar en el mundo de la información.
Como señala Silvia Castrillón: “La lectura puede funcionar como un instrumento en la búsqueda de información, para conocer un dato en especial; entender la forma en que funciona algún sistema, aparato, etc., o la manera de elaborar un objeto;...pero también a través del lenguaje y la imaginación, la lectura tiene la virtud de reproducir emociones y sentimientos y compartir las experiencias de otras personas”.1
Actualmente la mayoría de los habitantes adultos del país saben leer y escribir, por lo que existen decenas de millones de personas, aun así no todos practican la lectura como habito, ni periódicos, ni revistas, mucho menos libros que se editan en un número de ejemplares cercano al de los millones de mexicanos que saben leer y escribir2
Los periódicos y las revistas informan de los sucesos más recientes ocurridos en cualquier parte del planeta. Quien los lea debe hacerlo con sentido crítico, analizando la información contenida en ello para tener claro ¿Qué ocurrió?, ¿Dónde sucedió?, ¿Quién o quienes intervinieron en el suceso?, ¿Qué consecuencias produjo lo ocurrido?, ¿Cómo se cuenta lo que paso?, ¿se callan aspectos importantes?, ¿se destacan, por el contrario, detalles pocos relevantes?, ¿Qué impresión produce el contenido de la información?3
1 Silvia Castrillo, La importancia de la lectura. En el libro infantil Núm. 3 - 4 p. 13
2 Guglielmo Cavallo y Roger Chartier Historia de la lectura en el mundo occidental, Ed. Taurus 1998 España, p. 523
3 María de Jesus Barbosa Moran, Asignaturas académicas, Ed. SEP p. 84
Se estima que unos doce millones de personas en el país, compran diarios, revistas, fotonovelas o historietas, en cambio “...hay apenas poco más de medio millón de compradores de libros”4 y las ediciones de las obras de nuestros autores más consagrados suman unos cuantos miles de ejemplares. Es tal el número de lectores habituales en el país, que apenas llegan a cinco los escritores nacionales que viven de su obra, y ello sucede más por regalías y derechos de las traducciones o adaptaciones a otros géneros artísticos, que por las ventas de sus originales en el interior del país.
Los datos anotados nos dan una precisa idea de que en el país, los lectores habituales son una cifra muy reducida. Pero, ¿qué es un lector habitual? Es aquel que tiene la costumbre de leer un texto más o menos largo, de páginas completas, en lugar de las frases elementales de los globitos, donde no hay espacio para profundizar en las ideas, en la información o naturaleza de los personajes. Como acertadamente afirma Felipe Garrido: “Quien está tan acostumbrado a leer sólo fotonovelas, historietas y otras publicaciones por el estilo, que no puede leer textos más extensos y complicados, en realidad nunca ha aprendido a leer de a de veras”5
Se pregunta este autor “¿Quién es un lector auténtico? En primer lugar, es alguien que lee por voluntad propia, porque sabe que leyendo puede encontrar respuestas a sus necesidades de información, de capacitación, de formación, y también por el puro gusto, por el puro placer de leer”.
4 Felipe Garrido. Como leer (mejor) en voz alta. Una guía para contagiar la afición a leer. Fundación Mexicana para el Fomento de la Lectura. México p. 8
5 Ibid p 10
En otros términos, significa que se ha descubierto que la lectura es una parte importante de la vida, que la lectura es una fuente de experiencias, emociones y afectos; que puede consolarnos, darnos energías, inspirarnos. Significa que se ha descubierto el enorme poder de evocación que tiene la lectura. “Que alguien lea por puro gusto, por el placer de leer, es la prueba definitiva de que realmente es un buen lector, de que tiene la afición de leer”
Todos quienes pueden leer los textos no los leen de la misma manera y en cada época, grande es la diferencia entre los doctos bien dotados y los más torpes de los lectores. En cada comunidad de lectores definen unos usos legítimos del libro, unos modos de leer y unos procedimientos de interpretación, entre las esperanzas y los intereses tan diversos que los distintos grupos de lectores ponen en práctica al leer.
Somos una nación donde no se lee. Las personas que cuentan con materiales impresos, no adquieren textos nuevos o simplemente no leen habitualmente y si lo hacen, es ocasionalmente o sobre impresos publicados en un pasado, no están actualizados, pues no son lectores habituales.
La mayoría de ellos, inclusive los de educación superior, profesores y estudiantes -en el mejor de los casos- se limitan a consultar sus libros de texto, leen por obligación, o sea que leen mal, sin comprender cabalmente y no obstante su alta escolaridad, no han adquirido el hábito y descubierto el placer de la lectura. En consecuencia, no conocen una de las principales aportaciones de la lectura: abrir nuevos horizontes, no basta leer muchos libros de texto, ni pasar muchos años en la escuela para convertirse en auténticos lectores. Usualmente, desde que se culmina la primaria, la mayoría de los niños no tienen libros ni revistas en su casa, ni existen condiciones de acceso a bibliotecas, donde consultarlos. La mayoría de los mexicanos no están acostumbrados a ver leer a sus padres y, a menudo, en muchos de los hogares, en el mejor de casos, ocasionalmente solo se lee el periódico.
Cuando se es descendiente de padres con estudios superiores, el acceso a materiales impresos, particularmente libros, resulta más frecuente. Existe una tendencia general en ese sentido, pero no es una ley ineluctable que ocurra
...