Incipit cien anos de soledad

Análisis íncipit Cien años de soledad:

El íncipit nos presenta la aldea de Macondo y su fundador José Arcadio Buendía, acompañado de su esposa, Úrsula Iguarán, y al hijo de ambos, Aureliano Buendía. También presenta a los gitanos que visitaban Macondo una vez por año, en el mes de marzo

Este íncipit se divide en tres partes: en primer lugar, tenemos la presentación de Macondo, en segundo lugar, la llegada de los gitanos siempre en el mes de marzo y en tercer lugar, la obsesión y el uso que José Arcadio Buendía quiere dar a los inventos que permiten llevar los gitanos a la aldea. Podemos ver que, en este principio de historia, todo parte del recuerdo que asalta a Aureliano Buendía cuando está frente al pelotón de fusilamiento. Entramos de frente en un mundo extravagante y turbulento donde las cosas no son como suelen ser en su mundo.

En la primera parte, se nos dice que Aureliano Buendía había de recordar el día en que fuera a conocer el hielo con su padre. Es decir, el narrador se encuentra en un momento indeterminado y nos dice cuáles serán los recuerdos de Aureliano Buendía en el futuro, cuando esté ante el pelotón de fusilamiento. A partir del inicio, podemos constatar que el narrador es omnisciente, que no solo conoce los pensamientos actuales de los personajes, sino que también sabe lo que les pasará en el futuro.

El recuerdo de Aureliano Buendía nos lleva a los primeros años de Macondo, una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla del río de aguas diáfanas y piedras grandes como huevos prehistóricos. Eso indica un mundo primitivo y puro. Este mundo es tan nuevo, “tan reciente”, que las cosas no tienen nombre y hay que mostrarlas con el dedo para mencionarlas.

Viene a continuación a la aparición de los gitanos, que, una vez por año llevaban a Macondo los inventos. Aquel año llevaron el imán. Es, para el lector, una situación absurda y surrealista en que los objetos metálicos “se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades”. Y este dice que: “¡las cosas tienen vida propia!”

Para terminar con la tercera parte, vemos que José Arcadio Buendía decide utilizar los imanes del gitano para encontrar oro. Melquíades le dice que no van a servir para nada y Úrsula, su mujer, se opone, pero José no le hace caso a nadie. Con obstinación y tenacidad, José Arcadio Buendía recorre la región sin otro resultado que el descubrimiento de una vieja armadura oxidada que contiene un relicario con un rizo de mujer.

Terminó por concluir gracias a sus teorías que “la tierra es redonda como una naranja.”.

Desde las primeras líneas del libro, el lector comprende que está entrando en un mundo extraordinario, un mundo que tiene muy poco que ver con el suyo. En este mundo, la imaginación sobrepasa la naturaleza, la magia, el milagro.

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