Investigación bibliográfica del libro "El olor de la guayaba" y del autor: Gabriel García Márquez

[pic 1]

“Investigación bibliográfica del libro "El olor de la guayaba" y del autor: Gabriel García Márquez”

Juan Ramón Ojeda

Español

     Gabriel García Márquez fue un escritor colombiano nacido en Aracataca, Colombia, el 6 de marzo de 1927 y falleció el 17 de abril de 2014 en la ciudad de México. Estudió derecho y periodismo en la Universidad Nacional, e inició sus primeras colaboraciones en el diario El Espectador. Ganador del premio nobel de la literatura en 1982. Hijo de Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, con ella llevaba una relación muy seria desde pequeño, aunque podían hablar de cualquier cosa, más que con un sentido de intimidad lo veían como algo profesional. Esto probablemente sea debido a que comenzó a vivir con ella y con su padre a la edad de ocho años tras la muerte de su abuelo, su entrada a esa casa para su madre fue como la de alguien con quien podía entenderse entre el gran número de hijos con los que contaba menores que Gabriel, él la ayudaba a resolver los problemas domésticos dentro de una pobreza en la que en algún momento llegó a ser extrema. Unos doce años atrás, comenzó a tener los recursos para llamarla cada domingo a la misma hora, sin importar en qué parte del mundo estuviera, y las veces que no lo hacía era debido a cuestiones técnicas, ya que esas llamadas formaban parte de la seriedad de la relación que tenían. Para Gabriel, su mamá es la mejor de las lectoras, ya que puede identificar la relación que tienen los personajes de sus obras y las personas en las que se basan, lo cual no es fácil, ya que los personajes de sus obras son como rompecabezas armados con piezas de diferentes personas y piezas de él mismo, Gabriel expresa la habilidad de su madre como la de los arqueólogos al reconstruir un animal prehistórico a partir de una sola vértebra.

     En cambio la relación con su padre no era muy cercana, esto se debe a que lo conocía muy poco, mucho menos de lo que conocía a su madre, ya que al llegar a vivir con sus padres él tenía una figura paterna muy bien definida: la su abuelo abuelo. Su padre, siendo casi todo lo contrario en su sentido de autoridad, en su carácter, y el concepto general de la vida y la de su relación con los hijos era por completo diferentes. Aunque muchos de sus elementos de su vocación literaria vienen de su padre, ya que solía escribir versos en su juventud. Tocaba muy bien el violín cuando era telegrafista en Aracataca y era amante de la buena literatura.

     Su carrera como escritor comienza a los veintiocho años tras la publicación de su novela La Hojarasca en 1955, donde se puede encontrar un poco de la influencia del escritor norteamericano William Faulkner, Dentro de esta obra, se puede apreciar el parentesco entre el abuelo de García Márquez, el coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, y el coronel sin nombre, su abuelo fue la persona que tuvo como figura paterna y con quien más comunicación tenía, él era su seguridad absoluta y bien establecido en la vida real, él quería ser valiente, realista y seguro de sí mismo, pero no podía resistirse a la tentación de echar un vistazo al mundo de su abuela, Doña Tranquilina, para ella los sucesos fantásticos eran cosas de la vida cotidiana, aunque al aterrorizarlo con sus historias de ultratumba le sirvió después a Gabriel como un apoyo para su escritura.

     Cuando Gabriel comenzó a escribir, después de terminar su trabajo de día en el periódico, a altas horas de la madrugada era capaz de escribir hasta diez páginas de un libro. El punto de partida de Gabriel para comenzar un libro no era un concepto o una idea como la de muchos otros escritores, para él era una imagen.

     En sus inicios escribía todo y lo corregía después, con el tiempo esto cambió y comenzó a corregir línea por línea, al terminar la jornada, con suerte conseguía una hoja sin ningún tipo de error, casi lista para llevarla al editor. Rompía una cantidad inimaginable de hojas, cuando se equivocaba, o cometía alguna clase de error, retiraba la hoja, la ponía a un lado y colocaba una nueva.

     A Mercedes, su esposa, la conoció en Sucre, un pueblo de la costa Caribe, su padre y el de Gabriel eran amigos desde pequeños. En el baile de estudiantes, a la edad de trece años, Gabriel le pide a Mercedes que se case con él. El se refería a la propuesta como una metáfora para saltarse todos los líos que eran necesarios en ese entonces para conseguir novia, y ella lo vió así, ya que siguieron viéndose de un modo casual, y ambos sabían que próximamente esa metáfora se iba a convertir en realidad. Efectivamente, diez años después, esto se volvió realidad. Sin Mercedes, Gabriel no habría podido escribir Cien Años de Soledad, ella fue quien se hizo cargo de la situación, ya que Gabriel unos meses antes, había comprado un automóvil, y lo empeñó con la idea de que con eso les alcanzaría para sobrevivir por seis meses, pero Gabriel tardó un año y medio apróximadamente, cuando se les terminó el dinero, Mercedes no le dijo nada a Gabriel, de alguna manera desconocida, consiguió que le faran los recursos como la carne, el pan y que el dueño del apartamento donde vivían los esperara nueve meses para pagarle el alquiler, también se encargó de llevarle quinientas hojas cada cierto periodo de tiempo, era algo que nunca faltó, ella se hizo cargo de todo sin decirle nada a Gabriel, y fue ella quien entregó el manuscrito a la Editorial Sudamericana.

     Gabriel no estaba seguro de que Cien Años de Soledad tendría éxito alguno, pero de lo que sí estaba seguro era de que lograría tener buenas críticas. Calculó que vendería unos cinco mil ejemplares, la editorial, siendo un poco más optimista calculó que se venderían ocho mil.

     Dentro del libro se puede observar que la soledad proviene de la falta de amor de la familia Buendía, El Coronel Aureliano era el único de los Buendía que había logrado amar en un siglo, los Buendía no eran capaces de amar, a eso se debía su soledad, la soledad para Gabriel es lo contrario a la solidaridad.

...