JUAN BUNYAN

JUAN BUNYAN

Soñador inmortal

1628 - 1688

Buyan nos informa que sus padres, a pesar de ser muy pobres, consiguieron que el aprendiese a leer y a escribir. El mismo se llamo el principal de los pecadores, se caso con una joven en cuya familia todos eran creyentes fervorosos, Bunyan era hojalatero y era sumamente pobre. Ella solamente tenia dos libros “El camino al cielo para el hombre es sencillo” y “La practica de la piedad”. El encontró en esos dos libros algunas cosas que le interesaban, fue solamente en los cultos que sintió la convicción de estar camino al infierno, se descubre como el luchaba en oración durante el periodo de su conversión.

Llego a sus manos una obra de los “Ranterns” Libro muy apreciado por algunos teólogos. No sabiendo juzgar el merito de esas doctrinas, se dedico a orar de esta manera: “Oh Señor no se juzgar entre el error y la verdad. Señor, no me dejes solo en esto de aceptar o rechazar esta doctrina ciegamente; Si es de Dios no me dejes despreciarla; Si es obra del diablo, no me dejes abrazarla” y alabado sea Dios por haberme llevado a clamar.

La Biblia era para el muy preciosa en esa época, durante el tiempo que se sintió condenado a las penas eternas admiraba de como los hombres se esforzaban por conseguir los bienes terrenales. Si él hubiese tenido la seguridad de la salvación de su alma, se sentiría inmensamente rico, aun cuando no tuviese para comer nada más que frijoles.

Busco al Señor, orando y llorando, y desde el fondo de su alma clamo “Oh Señor, muéstrame, te lo ruego, que me amas con amor eterno”. Entonces El escucho repetidas mis palabras, como en un eco “Yo te amo con amor eterno”. Él se acostó para dormir en paz y al despertarse al día siguiente, la misma paz inundaba su alma. El Señor le aseguraba “Te ame cuando vivías pecando; Te ame antes, Te amo después y te amare siempre”.

Cierta mañana, mientras El oraba temblando El Señor le dio esta frase “Te basta mi gracia”, su entendimiento se lleno de tanta claridad, como si el Señor Jesús lo estuviese mirando desde el cielo a través del tejado de la casa. El volvió a su casa llorando, transportado de gozo, y humillado hasta el polvo.

Cierto día mientras caminaba por el campo con su conciencia intranquila, de repente, estas palabras se apoderaron de su alma. Con los ojos de su alma le pareció ver a Jesucristo a la diestra de Dios, que permanecía allí como su justicia, su justicia es el propio Cristo, el mismo ayer, hoy y para siempre. Entonces las cadenas cayeron de sus tobillos: Quedo libre de sus angustias, dejo de sentir temor por la severidad de Dios y regreso a su casa regocijándose con las gracias y el amor de Dios. El cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.

La muerte se volvió para el una cosa deseable. No se vive verdaderamente antes de pasar para la otra vida pensaba él, esta vida es apenas un sueño en comparación con la otra, fue en esa ocasión que las palabras herederos de Dios se volvieron tan profundamente significativas para él, que no pudo explicarlas con palabras terrenales. El propio Dios es la porción de los Santos, Cristo era un Cristo

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