LITERATURA ¿Leer para qué?

LITERATURA

¿Leer para qué?

Las posibles respuestas a esta pregunta podrían ser, para obtener información, para aprender, para ocupar el tiempo libre, fantasear, evadir la realidad, etc.

Pero, la lectura es más que eso.

• La lectura es una interpretación del mundo y no solo del mundo que ofrece el libro, sino del mundo propio; el mundo en el que vive el lector y con ello la lectura se convierte en una interpretación de su propia vida.

Existen muchos tipos de lectura, por ejemplo, la lectura de textos académicos.

• El tema de esta unidad es la lectura literaria, la que a través de la palabra involucra al lector en otros mundos, los que se convierten en el punto de arranque para introducirse en los propios.

Concepto y función de la literatura

Iniciarse en el gusto por la literatura no se trata de buscar solo una transferencia de información. Leer implica dialogar con el texto, inquirirle por cada una de las cosas que nos plantea. Nuestra actitud debe ser una actitud interactiva, dialógica a través de la cual le planteemos al texto todas nuestras inquietudes sobre cada situación que nos exponga.

• La literatura cumple una función: hacer partícipe al lector en una reflexión sobre sí y sobre el mundo. En este sentido, la literatura es un termómetro social e histórico; registra todas las acciones del ser humano, sus afanes y sus estados de ánimo, pero nunca deja de contextualizarlo.

• Lo primero que el lector debe tomar en cuenta es que la relación entre el autor y el lector está condicionada por el contexto que cada uno que ellos vive.

• Es decir:

• Sabemos perfectamente que el proceso de comunicación es lineal,

• Emisor Mensaje Receptor

• En un proceso de comunicación tradicional, que se da en co-presencia existe un código común de los elementos que manejan el emisor y receptor, ya que ambos, emisor y receptor se ubican en un mismo contexto.

• Emisor Mensaje/Mensaje Receptor

• Cuando se realiza la lectura de una obra literaria, la situación cambia, pues la lectura es un acto solipsista. El escritor (emisor) crea su obra sin la presencia del lector y este la lee sin la presencia del autor; cada uno no tiene más herramienta que la palabra y su respectivo mundo de vida (su contexto).

• El contexto del emisor y receptor pueden ser totalmente diferentes en tiempo y espacio, por eso el lector dialogará con el texto para lograr su aprehensión, constituirá su sentido y cada vez que lo lea irá encontrando nuevos sentidos, nuevos significados, logrando una mejor compenetración con el texto, a grado tal que en determinado momento se habrá roto el bache existente entre E-M//M-R, dando como resultado la ya conocida relación lineal E-M-R

• La literatura, no es localista, sino universalista. El argumento no es lo único que interesa en la obra literaria, sino

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