LOS GRUPOS Y LA QUEJA
Enviado por ale203011 • 28 de Mayo de 2013 • Trabajo • 4.828 Palabras (20 Páginas) • 376 Visitas
Ana P. de Quiroga
LOS GRUPOS Y LA QUEJA
Introducción
Nos proponemos aquí solo una aproximación al análisis de la queja y su persistente presencia en el campo grupal. A nuestro entender esta conducta, para ser comprendida, requiere ser inscripta en la compleja relación entre procesos subjetivos, el orden socio-histórico y ese espacio de mediación y articulación que es el grupo. Esa dialéctica, mutuamente configurante, es un eje de investigación de la psicología social, particularmente la que se funda en el pensamiento de E. Pichon-Rivière.
Esta situación de queja, que hoy adquiere la relevancia de un emergente que expresa rasgos de la subjetividad, de la vida social y el acontecer grupal, debe ubicarse en una secuencia histórica que nos diga de sus antecedentes y actuales condiciones de producción. Suponemos que ese posicionamiento ante sí y los otros, ante el mundo, que se manifiesta en esa modalidad relacional-comunicacional que llamamos queja, tiene una existencia milenaria.
Hemos registrado y trabajado la queja durante décadas en diversos ámbitos grupales. Sin embargo, hoy se recorta con particularidad como objeto de indagación, plantea interrogantes y requiere hipótesis para su interpretación, dados los cambios cuantitativos y cualitativos de sus manifestaciones en distintos espacios vinculares Encuadraremos esta reflexión en algunas ideas centrales de nuestro marco teórico, las que remiten a la concepción de sujeto, de grupo y sus interrelaciones, así como al rol fundante del orden social.
El psiquismo se constituye en la interioridad del vínculo, el grupo y otras instancias interaccionales. En estos primeros ámbitos de experiencia el sujeto es “modelado” por el orden socio-histórico que lo sostiene y determina., en una dialéctica que requiere y se efectiviza en múltiples mediaciones. Ese orden se expresa en las instituciones sociales a las que da forma y contenido, y a través de las cuales alcanza no sólo presencia sino significativos grados de eficacia causal en el acontecer inter e intrasubjetivo. Por ello afirmamos, que el sujeto es “productor y producido”, y se configura como tal en y por una complejísima trama de vínculos y relaciones sociales. Es a la vez, actor y síntesis de esa multiplicidad de relaciones.
¿Qué lugar ocupan en esa trama y en esa configuración subjetiva el vínculo y el grupo? Vínculo y grupo son “locus nascendi del sujeto” (J.Moreno), “matriz modeladora del psiquismo” (Foulkes) y por tanto, necesaria condición de su emergencia. Allí éste surge y se gesta, como cuerpo en el interior de otro cuerpo, en un protovínculo, el que se desarrolla en la interioridad de un proceso grupal-familiar, normatizado, a su vez, por un orden sociohistórico concreto, del que forma parte. Por su rol fundacional en la constitución del sujeto, por la grupalidad subyacente a ese primer proceso vincular, por la articulación primaria cuerpo-madre-grupo, el grupo podrá ser, más tarde, metáfora del cuerpo, metáfora de la madre y estaría en condiciones de cumplir, en relación a los sujetos que lo integran, una función de sostén, continencia y desciframiento o función yoica. En ese sentido, sería heredero de esa función inicial, a la vez que puede erigirse en espacio transicional, convocando, evocando y provocando vivencias y mecanismos arcaicos.
La situación grupal -realidad objetiva y a la vez, construcción subjetiva- es recorrida por intensos procesos de proyección y transferencia. Así como resulta instrumento de trabajo y creación, desarrollándose en los aspectos de crecimiento, opera también como espacio en el que emergen fenómenos primarios. El grupo, reinterpretado desde el mundo interno de sus integrantes, puede ser significado o, mas aun, ilusionado, como sustituto de lo que nos completa, de aquello de lo que se carece.
Un rasgo de la función de sostén que adjudicamos a la estructura grupal es su condición de ámbito e instrumento de elaboración, procesamiento, transformación y simbolización. Sin embargo, con frecuencia, por su carácter escénico, y desde lo arcaico y fundacional de su presencia en el sujeto, el grupo se convierte en espacio en el que surgen y se despliegan procesos regresivos de mayor o menor intensidad. Sin la comprensión de estos contradictorios rasgos de lo grupal, resulta difícil abordar la problemática, o más precisamente, la “dramática” de la queja.
Hablamos del grupo o los grupos como instancias de mediación y articulación. ¿Entre qué y qué se darían estos procesos? Entre el mencionado orden socio-histórico y el mundo interno del sujeto constituido en una trayectoria vincular. La organización psíquica, aún alcanzados sus máximos niveles de desarrollo, complejización y organización, por su carácter de sistema abierto en relación dialéctica con la realidad, es siempre una estructura-estructurándose, (E. Pichon-Rivière) en permanente movimiento de modificación e integración. Ese movimiento incesante hace de la continencia y el sostén social, grupal y vincular una necesidad omnipresente.
A la vez, grupo y sujeto guardan entre sí una relación de doble y recíproca institución. El grupo es, por lo ya planteado, instituyente del sujeto, en su génesis y en cada aquí y ahora. Pero éste, dialécticamente, desde su hacer, su representar, internalizar, integrar, es instituyente del grupo, al que atribuye distintas significaciones. Despliega en él necesidades, fantasías, tareas.
Cuando hablamos de la inscripción de la situación de queja y su presencia en el campo grupal, encuadrándolo en la multidimensionalidad de la relación entre el orden socio-histórico y la subjetividad, lo hacemos desde la consideración de ese orden en tanto fundante. Sin negar la especificidad propia de los procesos subjetivos y del plano grupal afirmamos la determinación de los mismos -en última instancia y a través de diversas formas de interpenetración- por las relaciones sociales. Éstas, portadas por cada uno de los sujetos, se manifiestan con una modalidad particular en el sistema interaccional del vínculo y de la trama grupal.
Creemos que esta perspectiva de análisis, articulada con aquella que indaga la relación grupo /sujeto / función de apoyatura, resulta imprescindible para lograr un nivel de comprensión del tema que abordamos ya que, se interrelacionan necesariamente una sociedad que genera y fomenta una “cultura de la queja” (Hughes), un sujeto vulnerable -que oscila entre la idealización y la impotencia- y un acontecer grupal en el que se instala el reclamo.
El particular tipo de reclamo, al que caracterizamos como queja por su modalidad de enunciación, su insistencia, su tono, dice de la certeza de un destino de frustración. La queja habla de rasgos de la subjetividad y la grupalidad
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