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La Bella Alma De Don Damián


Enviado por   •  4 de Marzo de 2015  •  1.703 Palabras (7 Páginas)  •  790 Visitas

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La bella alma de Don Damián

Introducir una metodología fundamentada para el estudio del campo literario [1] desde su corpus integracionista –por la suma de conceptos a través de disímiles autores– y en particular de alguno de sus objetos (género), tiene siempre detractores y defensores; más cuando tales estudios contienen un enfoque “internalista”[2] si se toma la Literatura como dato (en sentido informativo, referativo, de placer) más que sujeto (continente de autores, personajes, emociones, etc.).

Tal punto de vista pretende abordar primero: la deconstrucción narrativa; segundo, la exposición de algunos componentes relacionales para el estudio sociológico en Literatura (en lo adelante CRESLIT) y tercero, la evaluación de los mismos que confirmarán el aspecto anterior. No es la intención asumir como absoluta la unión de estos componentes, sino más bien proponer un modo de análisis al que se le puedan sumar puntos de vista y modos de reflexión y actuación desde otras disciplinas humanísticas.

Sin embargo, sería infructuoso proyectar un análisis sin un primer acercamiento a elementos (CRESLIT) que nos permitan evaluar dentro de la Sociología de la Literatura y específicamente dentro del campo literario, como son: Efecto del campo: el valor literario de la obra, acorde a los campos de poder que evalúan e institucionalizan la misma; Nomos: reglas básicas de la acción en el campo (literario) [Bourdieu]. Goldman aporta otros desde su enfoque cosmovisivo: Homología: relación entre coparticipación entre obra y realidad; Visión del mundo, inclusiva desde la descripción del entorno hasta el resto de las acciones que se desarrollan dentro y fuera de esa concepción. Fenómenos sociales, los que se autoexplican; y Realismo: como función crítica. Así tratamos también otras dos unidades que completarían, al menos desde este primer acercamiento, la Dimensión espacial del objeto, envoltorio del género literario, que puede fragmentarse al interior de sí en poética, versificación (por actuales tendencias narratológicas), ensayística, etc.; en este caso un mismo cuento puede tener a su interior gráficamente tal tipo de conformaciones que aludirán al sujeto de manera indirecta al desfragmentarlo desde estas constituciones. El otro elemento a considerar sería la Dimensión espacial del sujeto: autor, personaje(s), composición estructural de la obra, dos acciones básicas como la cadena de sucesos y la introducción del conflicto (por la interdependencia generada entre ellas [Rodríguez Ramírez, Luis A.]). Por ello se intenta un ámbito de recodificación, supeditable al propio estudio narratológico del texto.

Para clarificar esta perspectiva, a partir de las que podremos determinar qué componentes se complementan por estar y pertenecer a un mismo campo, cuya descripción se “refracta” a partir del objeto (en este caso el cuento), desde el que pueden percibirse elementos que de manera individual, condicionan la dimensión espacial del objeto en cuyo interior se expone y desarrolla la propia dimensión del sujeto, que no se mezcla sino se mantiene desde los aspectos fundamentales y precisos: el equilibrio de la trama, lo que constituye el balance de la historia; y el accionar de la imagen cinética (movimiento), que describe la dinámica del cuento a través de cómo, dónde y desde dónde se mueven los personajes y otros puntos al interior de las escenas.

La bella alma de Don Damián

Es un texto estructurado desde un narrador omnisciente con preeminencia de la tercera persona del singular, donde algunas acciones dentro de las escenas están determinadas a partir del diálogo entre personajes, como punto de sujeción a los aspectos anteriores al desarrollo del(os) conflicto(s). ¿Por qué esta ambivalencia? Pues, porque en principio se destaca un conflicto común: las últimas horas del patriarca en una familia nuclear y acaudalada, en cuyo proceso la finalidad del cura, la hija y la propia cónyuge del postrado, esperan el deceso de éste último para heredar.

Las acciones subsiguientes coexisten, para permitir la descripción vivencial (antes/después) del hecho (muerte) in situ; pero recurriendo esta vez al alma –ente vivo– de Don Damián que al escapar de sí, se solaza desde lo alto para percibir a través de su único ojo un contexto ajeno por completo a ella, desde sí como ente con movilidad y capacidad analítica propias, y para quien cuyo mundo exterior (fuera del cuerpo físico de Don Damián) procede como un proceso de engelamiento y difuminación (al ser inaudible, invisible, etérea, opaca).

“Empezaba a clarear. Por los cristales de las ventanas entraba una luz lívida, que anunciaba el próximo nacimiento del día. Asomándose a la boca de Don Damián –que se conservaba semiabierta para dar paso a un poco de aire– el alma notó la claridad y se dijo que si no actuaba pronto no podría hacerlo más tarde debido a que la gente la vería salir y le impediría abandonar el cuerpo de su dueño. El alma de Don Damián era ignorante en ciertas cosas; por ejemplo, no sabía que una vez libre resultaba totalmente invisible”.

Bosch utiliza este ardid de caja china, para ubicar en el cuento dentro del cuento, un segundo y devastador conflicto: el alma de Don Damián como médula espinal de su estructura narrativa.

Si bien es el alma –aquí sujeto– quien sostiene las riendas y conduce la diégesis, de ningún modo podrá

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