La Celstina
Enviado por Ronald_Soto • 27 de Mayo de 2014 • 10.143 Palabras (41 Páginas) • 290 Visitas
La Celestina - Resumen ARGUMENTO GENERAL de toda la obra Calisto fue de noble linaje, de claro ingenio, de gentil disposición, de linda criança, dotado de muchas gracias, de estado mediano. Fue preso en el amor de Melibea, muger moça, muy generosa, de alta y sereníssima sangre, sublimada en próspero estado, vna sola heredera a su padre Pleberio, y de su madre Alisa muy amada. Por solicitud del pungido Calisto, vencido el casto propósito della entreueniendo Celestina, mala y astuta mujer, con dos seruientes del vencido Calisto, engañados y por ésta tornados desleales, presa su fidelidad con anzuelo de codicia y de deleyte, vinieron los amantes y los que les ministraron, en amargo y desastrado fin. Para comienço de lo cual dispuso el aduersa fortuna lugar oportuno, donde a la presencia de Calisto se presento la desseada Melibea. AUTO I Sumario: Entrando CALISTO una huerta empos de un falcon suyo, hallo alli a MELIBEA, de cuyo amor preso, comenzole de hablar; de la cual rigurosamente despedido, fue para su casa muy angustiado. [Pasados unos días] hablo con un criado suyo llamado SEMPRONIO, el cual, despues de muchas razones, le enderezo a una vieja llamada Celestina, en cuya casa tenia el mismo criado una enamorada llamada ELICIA, la cual, viniendo SEMPRONIO a casa de CELESTINA con el negocio de su amo, tenia a otro consigo llamado CRITO, al qual escondieron. Entretanto que SEMPRONIO estaba negociando con CELESTINA, CALISTO estaba razonando con otro criado suyo, por nombre PARMENO; el qual razonamiento dura hasta que llega SEMPRONIO y CELESTINA a casa de CALISTO. PARMENO fue conocido de CELESTINA, la cual mucho le dice de los hechos y conocimiento de su madre, induciendole a amor y concordia de SEMPRONIO. Resumen: En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios. Con estas palabras saluda Calisto a su deseada Melibea, cuando, según el Argumento General de Francisco de Rojas, ésta se presentó ante aquél en un conveniente lugar. Calisto, se nos dice en el sumario y más adelante en el Acto II del texto, se había enamorado locamente de Melibea un día en que, en
busca de su halcón, entró en el huerto donde se encontró con ella. Desde entonces había venido ofreciendo servicio, devoción, sacrificio y obras pías por poder volver a verla. Ese intenso deseo de Calisto se cumple en esta aparición de Melibea, en sueño. Melibea parece rechazar sus insinuaciones. Al despertar, Calisto, desde su cámara, llama a voces a Sempronio, su criado, y le increpa malhumorado. Sempronio y Calisto arguyen sobre el amor y el dolor que ese amor suele traer consigo. Para Calisto, Melibea es su diosa: por Dios la creo, por Dios la confieso y no creo que ay otro soberano en el cielo; aunque entre nosotros mora. Más que cristiano, se confiesa melibeo: Melibeo soy y a Melibea adoro y en Melibea creo y a Melibea amo. Sempronio se esfuerza por convencer a su amo de los males que las mujeres ocasinaron a persoanajes importantes en la historia, Adán, Salomón, David, Aristóteles, Virgilio. A esto le responde Calisto: ¡Ve! mientra más me dizes y más inconuenientes me pones, más la quiero. No sé que es es. Y el loco enamorado nos pinta un hermoso cuadro de su amada, que encaja dentro del marco europeo, empezando por sus cabellos: Comienço por los cabellos. ¿Vees tú las madexas del oro delgado, que hilan en Arabia? Más lindos son y no resplandescen menos. Su longura hasta el postrero assiento de sus pies; después crinados y atados con la delgada cuerda, como ella se los pone, no ha más menester para conuertir los hombres en piedras. ... Los ojos verdes, rasgados; las pestañas luengas; las cejas delgadas y alçadas; la nariz mediana; la boca pequeña; los dientes menudos y blancos; los labrios colorados y grosezuelos; el torno del rostro poco más luengo que redondo ... el pecho alto; la redondez y forma de las pequeñas tetas, ¿Quién te la podría figurar? ¡Que se despereza el hombre quando las mira! Mientras las diversas facetas del cuerpo de Melibea se asemejan a las de otras mujeres bellas de la literatura culta europea, los ojos verdes se introducen aquí por vez primera, en literatura de altos vuelos, y llegarían a consagrarse como nota de atractivo singular entre otras (y otros) protagonistas de las literaturas y folklore hispánicos.
Volviendo a Sempronio, el criado finalmente se rendiría en sus intentos de disuasión y se comprometería a cumplir los deseos de su amo: Con todo, si de estos aguijones me da, traértela he hasta la cama. Para conseguir su promesa, decide solicitar la ayuda de Celestina, una vieja alcahueta. Sempronio va a la casa de Celestina donde encuentra a Elicia, una joven prostituta, amiga suya. Sempronio convence a Celestina a tener confianza en él y seguirle a la casa de Calisto donde ambos conseguirían provecho y ganancias. En el camino Sempronio le explica a Celestina la dolencia de Calisto. Pármeno ve a los dos acercarse a la puerta y amonesta a su amo sobre la puta vieja, a la que conoce bien todo bicho viviente: Si pasa por los perros, aquello suena su ladrido; si está cerca las aves, otra cosa no cantan; si cerca los ganados, balando lo pregonan; si cerca las bestias, rebuznando dicen ¡puta vieja! Las ranas de los charcos otra cosa no suelen mentar. Calisto aprecia el consejo, pero ordena al criado que les abra; ambos entran. Sempronio teme que Pármeno eche por tierra sus planes. A Celestina no parece preocuparle demasiado, pues el criado hará lo que el amo quiera: Para la mi santiguada do vino el asno vendrá el albarda Calisto da las gracias a Celestina quien prefiere la paga material por sus servicios. Calisto y Sempronio van arriba para recoger el pago para Celestina. Mientras tanto, Celestina y Pármeno conversan sobre la necesidad de unir fuerzas en el asunto de Melibea. Celestina promete que será provechoso para Pármeno. Este recapacita: Perplejo estoy. Por una parte, téngote por madre. Por otra a Calisto por amo. Riqueza deseo, pero quien torpemente sube a lo alto, más aína cae que subió. No querría bienes mal ganados. Tratando de engatusar a Pármeno, Celestina le promete los favores de Areúsa, una de sus chicas. Pármeno se rinde a colaborar con Celestina: Por eso, manda, que a tu mandado mi consentimiento se humilla Calisto y Sempronio regresan con cien monedas de oro como primer pago a Celestina. Celestina las acepta con alegría y sale. AUTO II.
Sumario: Partida CELESTINA de CALISTO para su casa, queda CALISTO hablando con SEMPRONIO, criado suyo, al cual, como quien en alguna esperenza puesto esta, todo aguijar le parece tardanza. Envia de si a SEMPRONIO a solicitar a CELESTINA para el concebido negocio. Quedan entretanto CALISTO y PARMENO juntos razonando. Resumen: Calisto está impaciente e irritable. Ordena a Sempronio que acompañe a Celestina y la aliente para que se dé prisa en realizar su compromiso. Sempronio hubiera preferido quedarse acompañando a Calisto en su dolor, pero
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