La Ciudad Y Los Perros
Enviado por Mei19Walker • 1 de Octubre de 2014 • 883 Palabras (4 Páginas) • 304 Visitas
COMENTARIO DEL LIBRO LA CIUDAD Y LOS PERROS DE MARIO VARJAS LLOSA: CAPITULO VIII.
Cuando comencé a leer La cuidad y los perros de Mario Vargas Llosa , me fue de cierta manera complicada. La verdad es que jamás he terminado un libro dicho autor. En ocasiones se me hacen muy tediosos algunos capítulos e incluso han llegado a dormirme. He llegado a pensar que así es el estilo de este autor. Comienza desde abajo para después elevarte, aunque de una manera un poco lenta. Pienso que sus libros son como un sube y baja, los cual de cierta forma es divertido y excitante, ya que en cada bajada deseas con más intensidad la subida.
En fin, con este libro decidí que no me sucedería como las veces anteriores. No, siempre que leo hago todo lo posible , no siempre con éxito , para que se desmorone un poco ese muro , esa muralla que de alguna manera se interpone entre el libro y yo. Intento implicarme. Y este caso no es la excepción. Esta vez tome la decisión de someterme al estilo de Mario Vargas , así que decidí disfrutarlo sin hacer pausas.
Bien, basta de hablar sobre mis problemas de lectora con el estilo de Mario Vargas. Comencemos con el tema central de este comentario, el “capítulo VIII”. En este apartado nos encontramos con un poco mas de información sobre cómo obran los oficiales y la cruda educación en el Colegio Nacional Leoncio Prado. Donde dicho instituto estudian jóvenes que se encuentran aquí, por diversos motivos que no necesariamente tienen que ver con la obligación militar. Y entres estos se desarrollan vínculos de poder, de amistad, de complicidad y finalmente de traición. La autoridad entre ellos la da la fuerza, pero sobre ellos está el rígido sometimiento a los jefes militares, que los sumergen en una ruda jornada que se inicia al levantarse a las 5 de la mañana, y que incluye castigos físicos, humillaciones públicas e insultos. Disciplina, le llaman.
Por ejemplo recordemos un fragmento de dicho episodio:
-A la mitad los manda sus padres para que no sean unos bandoleros- dijo Gamboa-.Y, a la otra mitad, para que no sean maricas.
-Se creen que el colegio es una correccional – dijo Pitaluga, dando un golpe en la mesa-. En el Perú todo se hace a medias y por eso todo se malea. Los soldados que llegan al cuartel son sucios, piojosos, ladrones. Pero a punta de palos se civilizan. Un año de cuarte y del indio solo les quedan a medida que crecen. Los de quinto son peores que los perros.
-La letra con sangre entra-dijo Calzada-. Es una lástima que a estos niños no se les pueda tocar. Si les levantas la mano se quejan y se arma un escándalo.
Podemos observar que en aquel contexto al hombre se le educa a la bruta, con golpes. Sino aguanta los puños
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